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Qué es la depresión, cuáles son sus síntomas y tratamientos
Es preciso estar muy atento a sus signos, especialmente, con los adultos mayores, en los que la enfermedad se suele manifestar de forma diferente
- El caso de Iris
- ¿Qué es la depresión?
- ¿Cuántos tipos de trastornos depresivos hay?
- Trastorno de desregulación destructiva del estado de ánimo
- Trastorno depresivo mayor
- Trastorno depresivo persistente (distimia)
- Trastorno disfórico premenstrual
- Trastorno depresivo inducido por sustancias o medicamentos
- Trastorno depresivo debido a una afección médica
- Otro trastorno depresivo especificado
- Trastorno depresivo no especificado
- ¿Cuáles son los síntomas de la depresión mayor?
- ¿La depresión se manifiesta igual en todo tipo de persona?
- ¿Cómo se diagnostica la depresión?
- ¿Cómo se trata la depresión?
- ¿De qué forma puedo ayudar a una persona con depresión?
La depresión es una enfermedad que tiene un gran impacto psicosocial. Se estima que entre el 5% y el 18% de las personas sufrirá, en algún momento, esta enfermedad, según estudios realizados en EEUU y Canadá, y cuyos datos pueden extrapolarse a nuestra sociedad. En este artículo te explicamos en qué consiste, cómo reconocerla, los diferentes tipos de tratamiento y cómo puedes ayudar a tu ser querido a superarla.
El caso de Iris
Iris es una mujer de 51 años que una tarde sorprendió a su esposo cuando le dijo: “Tengo ganas de suicidarme”. Su marido la escuchó, pero no supo reaccionar.
Hacía tiempo que la notaba rara. Se quejaba de que se sentía deprimida desde hacía unos cuatro meses y de que no tenía interés por la vida.
Había perdido el apetito y los platos que antes le gustaban ahora la dejaban indiferente. Era evidente que cada vez estaba más delgada.
También tenía problemas para conciliar el sueño. Acostumbraba a levantarse a las 6,30 h de la mañana, ahora, en cambio, le costaba mucho dormirse y con frecuencia se despertaba a las 3.00 h. de la madrugada y ya no volvía a pegar ojo.
Siempre se encontraba cansada, tenía poca energía para llevar a cabo su trabajo y le costaba mucho concentrarse.
Trabajaba en una planta de procesamiento de alimentos para perros y, desde hacía unos meses, se le había metido en la cabeza que había cometido un error y que ese fallo había provocado la muerte de miles de perros. Esperaba que la policía la detuviera pronto y, antes de ir a prisión, prefería suicidarse.
Durante al menos dos semanas, Iris mostró nueve síntomas de depresión mayor: estaba deprimida, había perdido el interés, había bajado de peso, sufría insomnio, se mostraba inquieta, pero también carecía de energía para hacer cualquier cosa, se sentía culpable, tenía problemas para concentrarse y le abordaban pensamientos suicidas. Cuando acudió a su médico, éste le diagnosticó un trastorno de depresión mayor.
¿Qué es la depresión?
Cualquier persona puede sentirse, en algún momento, triste o deprimida, pero, al cabo de un breve espacio de tiempo, suele recuperar su estado de ánimo.
La depresión es diferente. Afecta a varias áreas de la vida de la persona y persiste en el tiempo. Suele interferir en el estado de ánimo, en la manera de pensar, en la capacidad para llevar a cabo las actividades diarias, en el sueño, el apetito y el trabajo. Por lo que estar triste o deprimido es solo uno de sus numerosos síntomas.
Para diagnosticar la depresión se siguen los criterios diagnósticos expuestos en el DSM-5 de la Asociación Americana de Psiquiatría. Según esta guía, las alteraciones del estado del ánimo se dividen en depresivas y bipolares. Dentro de los trastornos depresivos se encuentra el trastorno depresivo mayor.
Cualquier persona, independientemente de la edad, la raza, el nivel de ingresos, la cultura o la educación puede sufrir depresión.
Hay diversos factores (genético, biológico, ambientales y psicológicos) que podrían provocar que se desarrollara.
En ocasiones, esta enfermedad puede acompañar a otros trastornos mentales y a otras enfermedades (ansiedad, adicciones), lo que dificulta la mejoría de esas patologías.
¿Cuántos tipos de trastornos depresivos hay?
Trastorno de desregulación destructiva del estado de ánimo
Este diagnóstico afecta a los niños de 6 a 18 años. Su principal característica es que la persona sufre una irritabilidad crónica, grave y persistente. Esta irritabilidad se muestra de dos formas:
La primera se manifiesta mediante arrebatos. Estos arrebatos generalmente ocurren como respuesta a una frustración y pueden ser verbales o conductuales. Se tienen que producir con frecuencia (tres o más veces por semana) durante un año y en al menos dos entornos distintos, como en el hogar y en la escuela.
La segunda manifestación de irritabilidad severa consiste en un estado de ánimo crónico, en el que la persona se muestra irritable o enojada de forma continua. Este estado debe ser característico del niño y se debe producir la mayor parte del día, casi todos los días y debe ser percibido por personas de su entorno.
Trastorno depresivo mayor
Se caracteriza porque la persona experimenta, durante, al menos dos semanas, desesperanza y culpa. También puede sentirse irritable la mayor parte del tiempo.
Además, debe tener cinco de los síntomas propios de la depresión, que se enumeran detenidamente más adelante. Los tiene que experimentar casi todos los días y durante la mayor parte del día. Y, al menos, uno de los síntomas debe ser sentirse deprimido o mostrar pérdida de interés o placer.
El insomnio y la fatiga suelen ser los síntomas que antes identifica el enfermo y de los que antes se queja.
Hay que tener en cuenta que su estado de ánimo debe diferir de su estado habitual y no debe atribuirse al duelo, a una enfermedad o a un abuso de sustancias.
Trastorno depresivo persistente (distimia)
En este trastorno los síntomas son crónicos y persistentes, pero es menos grave que el trastorno depresivo mayor. La persona experimenta un estado deprimido la mayor parte de día, la mayoría de los días, durante, al menos, dos años.
El paciente, además, deberá tener los siguientes síntomas: cambios en el apetito, alteraciones del sueño, poca energía o fatiga, baja autoestima, falta de concentración, dificultades para tomar decisiones y sentimiento de desesperanza.
Trastorno disfórico premenstrual
Este diagnóstico requiere que la persona experimente, al menos, cinco síntomas clínicamente significativos durante la fase premenstrual del ciclo. Los debe tener de forma repetida y deben remitir después del inicio de la menstruación.
La mujer debe mostrar, al menos, uno de los siguientes síntomas: alteración del estado de ánimo, como una tendencia a cambiar de forma rápida y abrupta el estado emocional (labilidad emocional), irritabilidad, disforia (insatisfacción con su vida, infelicidad) o ansiedad.
También tiene que experimentar uno o más de estos síntomas: disminución de interés por las actividades habituales, problemas para concentrarse, fatiga y falta de energía, cambios en el apetito, trastornos de sueño, sentirse agobiada y con falta de control sobre las situaciones.
Además de estos síntomas, la mujer debe tener otros signos, que afecten a su estado físico, como dolor en el pecho e hinchazón, dolor en las articulaciones o en los músculos, sensación de hinchazón o aumento de peso.
Los síntomas deben ocurrir en la mayoría de los ciclos menstruales durante el último año y, además, deben interferir tanto en su trabajo como en sus relaciones sociales.
Trastorno depresivo inducido por sustancias o medicamentos
Este diagnóstico se caracteriza por un trastorno depresivo provocado por una sustancia o por la medicación. Estos síntomas depresivos se asocian con la ingestión, una inyección o la inhalación de una sustancia. Además, estos signos se mantienen después de que los efectos fisiológicos, la intoxicación o el período de abstinencia hayan desaparecido.
Trastorno depresivo debido a una afección médica
Para establecer este diagnóstico se deben contar con evidencias recogidas en la historia clínica del paciente u obtenidas tras un examen físico o mediante los resultados de un laboratorio, que muestren que el trastorno es debido a una afección. Se sabe que hay numerosas patologías que entre sus síntomas se encuentra la depresión, como enfermedades endocrinas, cardiovasculares, trastornos metabólicos o enfermedades neurológicas.
Otro trastorno depresivo especificado
En esta categoría se incluyen aquellos diagnósticos de pacientes cuyos síntomas son característicos de un trastorno depresivo -experimentan un malestar clínicamente significativo o un deterioro social, laboral o en otras áreas importantes de funcionamiento- pero que no cumplen todos los criterios especificados en un trastorno depresivo.
Por ejemplo, un médico podría hacer este diagnóstico cuando el paciente sufre un episodio depresivo, aunque no tenga todos los síntomas necesarios para cumplir con el diagnóstico formal.
Trastorno depresivo no especificado
En esta categoría se incluyen aquellos diagnósticos de pacientes con síntomas característicos de un trastorno depresivo –experimentan un malestar clínicamente significativo o un deterioro social, laboral o que afecta a otras áreas importantes de funcionamiento- pero que no cumplen todos los criterios especificados para ninguno de los trastornos depresivos.
Un médico puede utilizar la etiqueta de trastorno depresivo no especificado cuando no cuenta con suficiente información para hacer un diagnóstico más específico y opta por no especificar el motivo por el que no se cumplen los criterios para ese diagnóstico. Por ejemplo, cuando el paciente está en urgencias, el médico puede utilizar este diagnóstico, aunque no tenga tiempo de obtener toda la información necesaria para hacer un diagnóstico sólido, pero aún así tiene que prescribir un tratamiento al paciente.
¿Cuáles son los síntomas de la depresión mayor?
Según el DSM-5, los síntomas son:
- Sentirse deprimido la mayor parte del día, casi todos los días.
- Una disminución del interés o del placer que la persona siente por casi todas las actividades la mayor parte del día, casi todos los días.
- Pérdida importante de peso, sin que la persona haya hecho dieta. O, por el contrario, aumento del peso. Casi todos los días, la persona experimenta un aumento o una disminución del apetito.
- Insomnio o sentirse somnoliento la mayor parte del tiempo, y eso le afecta casi todos los días.
- La persona sufre agitación psicomotora, es decir, no puede quedarse quieta o mantener la calma porque utiliza el movimiento para liberar la tensión y la ansiedad. O, por el contrario, sufre un enlentecimiento psicomotor. El paciente realiza movimientos lentos con las piernas, las manos, la cabeza o el torso. Y estas alteraciones las sufre casi todos los días.
- Experimenta fatiga o falta de energía casi todos los días.
- Se siente inútil o arrastra una culpabilidad excesiva casi todos los días. No se trata de que la persona se sienta culpable por estar enfermo o porque se autorreproche algo.
- Su capacidad para pensar o concentrarse o para tomar decisiones es menor, y lo experimenta casi todos los días.
- De forma recurrente, tiene pensamientos relacionados con la muerte o ideas suicidas sin tener un plan determinado. O ha elaborado un plan para suicidarse o ha intentado suicidarse.
Para un diagnóstico de depresión mayor es necesario que la persona tenga cinco o más de estos síntomas durante un periodo de dos semanas, y estos síntomas le tienen que impedir desenvolverse en la vida como lo hacía antes y causar a la persona un malestar clínicamente significativo. Además, uno de esos cinco síntomas tiene que ser tener un estado de ánimo depresivo o una pérdida de interés o placer.
Existen algunas sustancias y afecciones que pueden provocar síntomas semejantes a los que produce la depresión, por lo que es preciso descartarlas antes de hacer un diagnóstico. Por lo tanto, el médico debe evaluar si el paciente tiene otro problema de salud (podría estar relacionado con el tiroides o ser un tumor cerebral o un déficit vitamínico).
La persona no debe haber sufrido nunca un episodio maníaco o hipomaniaco. La manía es un estado psicológico por el que una persona experimenta estados de ánimo muy intensos, mucha euforia, hiperactividad y delirios. La hipomanía es una forma menos grave que la manía.
¿La depresión se manifiesta igual en todo tipo de persona?
La depresión se puede manifestar de forma diferente dependiendo de la edad.
Los adultos de mediana edad (40-60 años) con depresión pueden sufrir más episodios depresivos, su deseo sexual disminuye y experimentan alteraciones del sueño (insomnio en mitad de la noche o despertarse muy temprano). Suelen tener con más frecuencia problemas gastrointestinales, como diarrea o estreñimiento.
Los adultos mayores (a partir de 60 años) con depresión suelen ser reticentes a buscar ayuda. En esta franja de edad, esta enfermedad a menudo no se diagnostica ni se trata. Los síntomas pueden ser diferentes y, a veces, se confunden con cambios propios de la edad. Se suelen sentir menos deprimidos, pero, en cambio, se quejan más sobre su salud, se manifiestan más irritables, impositivos y manipulativos hacia sus familiares. También tienen sentimientos de inutilidad. La pérdida de interés, la falta de energía o los trastornos del sueño pueden ser síntomas útiles para identificar este trastorno.
¿Cómo se diagnostica la depresión?
Si sientes que sufres depresión debes acudir al médico. Durante la consulta, es posible que tu doctor comience preguntándote cuándo comenzaron tus síntomas, cuánto duran, con qué frecuencia ocurren y si te impiden realizar tus actividades habituales.
Es recomendable tomar algunas notas antes de la visita para no omitir ningún detalle.
Tu médico tendrá que descartar que estos síntomas hayan sido provocados por otra enfermedad. Por ello, te hará un examen físico, una entrevista y algunas pruebas de laboratorio.
¿Cómo se trata la depresión?
La depresión se suele tratar con psicoterapia, medicamentos o ambos. En el caso de que estos tratamientos no reduzcan los síntomas, la terapia de estimulación cerebral puede ser otra opción.
La elección del tipo de tratamiento dependerá de las características del paciente.
Casos leves de depresión. Se suele comenzar con psicoterapia y, si el paciente continúa experimentando síntomas, se valorará añadir medicamentos.
Casos de depresión moderada o grave. Muchos médicos recomiendan una combinación de medicamentos y de terapia desde el inicio del tratamiento. A veces, hay que probar varias veces hasta dar con el tratamiento que funciona mejor para la persona.
- Psicoterapia. Este tipo de terapia muestra a las personas otras formas de pensar y de comportarse y les ayuda a cambiar hábitos que contribuyen a que se sientan deprimidos.
Uno de los principales tratamientos para tratar esta enfermedad es la terapia cognitivo conductual.
- Con la terapia cognitivo conductual, la persona aprende a dejar de emplear determinadas formas de pensar y de comportarse que contribuyen a su depresión y a su ansiedad.
Recientemente, se han introducido técnicas mindfulness y de otro tipo para abordar algunos síntomas en concreto, como los problemas para dormir.
- Terapia interpersonal. Es un tratamiento en el que, generalmente, se emplean entre 12 y 16 sesiones semanales de una hora. El terapeuta aborda los problemas que la persona tiene cuando interactúa con otros y que impactan en su estado de ánimo. El número de problemas analizados se suele limitar a uno o dos durante todo el tratamiento. Se pueden tratar peleas de pareja, en la familia o en otros entornos.
- Terapia de estimulación cerebral. Cuando otros tratamientos no han sido efectivos, esta terapia constituye otra opción. Consiste en activar o inhibir el cerebro mediante electricidad u ondas magnéticas. Las formas más comunes de terapia de estimulación cerebral son la terapia electroconvulsiva y la estimulación magnética transcraneal repetitiva, que utiliza un imán para activar el cerebro.
- Tratamientos farmacológicos
Los tratamientos más utilizados suelen ser los antidepresivos. Por lo general tardan de 4 a 8 semanas hasta que hacen efecto. Algunos síntomas, como los problemas para dormir, el apetito y los problemas de concentración responden antes a la medicación que la mejora del estado de ánimo.
La depresión resistente al tratamiento se produce cuando la persona no mejora después de probar, al menos, dos antidepresivos.
Para este tipo de casos, el médico podría optar por añadir un tipo de medicamentos diferentes que harían más efectivo al antidepresivo, como un antipsicótico o un anticonvulsivo.
¿De qué forma puedo ayudar a una persona con depresión?
Si cree que sufre depresión, la mejor forma de ayudarle es acompañándole al médico.
Pero, además, puedes apoyarlo de las siguientes formas:
- Ayudándole, comprendiéndole, teniendo paciencia y dándole aliento, evita minimizar lo que siente.
- Invitándole a dar un paseo, a salir o hacer alguna actividad que le guste.
- Apoyándole para que siga con su tratamiento: recordándole tomar su medicación y acompañándole a la terapia.
- Recordándole que, con el tiempo y el tratamiento, la depresión desaparecerá.
- Escuchándolo y aceptando sus emociones.
Referencias:
-Guía de Consulta de los Criterios Diagnósticos del DSM-5. American Psychiatric Association.
-What is Depression? American Psychiatric Association.
-Patient Story: Depression. American Psychiatric Association
-What is depression? National Institute of Mental Health.
-Depresión (trastorno depresivo mayor). Mayo Clinic.
-Interpersonal Therapy for Depression. WebMD
-Not Otherwise Specified’ (NOS) in the Diagnosis of Mental Disorders. Verywell mind.
Fecha de publicación: 26 enero 2023
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