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Demencia asociada a la enfermedad de Parkinson

Se inicia en una región del cerebro en el que el movimiento juega un papel clave, pero luego las alteraciones se extienden a otras áreas que afectan a otras funciones cognitivas

La demencia es un trastorno que provoca que la persona afectada tenga dificultades para desarrollar las actividades de su vida diaria debido a los problemas que experimenta con sus funciones cognitivas (la memoria, la capacidad para razonar, la orientación, etc.) Pero bajo este término no solo se hace referencia a una única enfermedad, es un concepto que engloba varios tipos de patologías provocadas por cambios anormales en el cerebro.

Y una de ellas es la demencia por la enfermedad de Parkinson. Esta patología se inicia en una región del cerebro en el que el movimiento juega un papel clave. Por eso, los primeros síntomas que aparecen son temblores, rigidez muscular, lentitud en los pasos, encorvamiento, dificultad para iniciar un movimiento e inexpresividad en el rostro.

Sin embargo, estos cambios en el cerebro, poco a poco, van afectando a otras áreas, y comienzan, entonces, a aparecer problemas en la función cognitiva, afectando a la memoria, a la capacidad para prestar atención, a tomar decisiones sensatas y planificar los pasos necesarios para ejecutar un plan.

Las alteraciones en el cerebro, vinculadas tanto a la enfermedad de Parkinson como a la demencia producida por esta enfermedad, son provocados por microscópicos depósitos anormales, compuestos por la proteína alfa sinucleína, una proteína que se encuentra en el cerebro, pero cuya función todavía se desconoce.

Por razones que no son totalmente conocidas, estas proteínas se ven alteradas (cortadas, dobladas y químicamente modificadas) y al juntarse forman enredos y placas, un proceso estrechamente ligado a la neurodegeneración.

Estos depósitos, también denominados cuerpos de Lewy, en honor al neurólogo que los descubrió, se encuentran en otras enfermedades neurodegenerativas, como la demencia por cuerpos de Lewy. Pero, además de estos depósitos, en muchos pacientes con estos dos tipos de demencia se ha encontrado otra complicación: las placas formadas por la proteína beta-amiloide y los ovillos producidos por los enredos anormales de los hilos de la proteína tau, ambos relacionados con la enfermedad de Alzheimer.

Según David Irwing, profesor de Neurología en la Universidad de Pennsylvania, la forma de diferenciar clínicamente entre la demencia por la enfermedad de Parkinson y la demencia por cuerpos de Lewy es utilizar la “regla de un año”.

Los pacientes que tienen la enfermedad de Parkinson y manifiestan problemas motores durante un año o más, antes de desarrollar demencia, se clasifican como pacientes que tienen demencia por la enfermedad de Parkinson. Aquellas personas que muestran trastornos cognitivos antes de que tengan problemas motores, o aparecen en ese mismo año, se diagnostican con demencia por cuerpos de Lewy.

 

Diferencia de la enfermedad de Parkinson y la demencia por cuerpos de Lewy

Prevalencia

La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurológico bastante común en los adultos mayores. Se estima que, entre las personas de más de 65 años, cerca de un 2% está afectado por esta patología. La organización Alzheimer’s Association, de EEUU, señala que de un 50% a un 80% de estos pacientes puede llegar a sufrir demencia.

Algunos estudios han señalado que la media, desde que se inicia la enfermedad de Parkinson hasta el desarrollo de la demencia, es de unos 10 años.

Síntomas

Los síntomas más habituales son: cambios en la memoria, problemas para concentrarse, dificultades para tomar decisiones acertadas y para interpretar la información visual, voz apagada, alucinaciones, paranoias, delirios, depresión, irritabilidad, ansiedad, trastornos en el sueño, como somnolencia durante el día y trastornos en la fase REM del sueño –etapa en la que se produce un movimiento rápido de los ojos-.

Diagnóstico

Cuando una persona ha sido diagnosticada de enfermedad de Parkinson desde hace un año o más y, además, cumple criterios relacionados con la demencia, es decir, presenta alteraciones cognitivas suficientemente importantes como para que interfieran en actividades de su vida diaria, se considera que presenta una demencia asociada a la enfermedad de Parkinson. Para alcanzar este diagnóstico es muy importante realizar una evaluación neuropsicológica adecuada y descartar otras causas de demencia.

Factores de riesgo

Existen ciertos factores en el diagnóstico de la enfermedad de Parkinson que quizá aumenten el riesgo de sufrir demencia, como tener una edad avanzada, que los problemas motores sean más severos y sufrir un trastorno cognitivo moderado. Además de estos signos, pueden incluirse otros, como que la persona sufra alucinaciones cuando no ha tenido todavía ningún otro síntoma relacionado con la demencia, excesiva somnolencia durante el día, inestabilidad en la postura y trastornos en la marcha, dificultad para iniciar movimientos, lentitud, problemas de equilibrio y caídas.

Tratamientos

Como en el resto de las demencias, no existen medicamentos que detengan el daño cerebral causado por esta enfermedad. La finalidad de estos tratamientos es mejorar los síntomas.

  • Inhibidores de la colinesterasa o anticolinesterásicos (donepezil, galantamina y rivastigmina), que también se prescriben para la enfermedad de Alzhéimer de leve a moderada. Actúan evitando la degradación de una enzima, la acetilcolina, un neurotransmisor que se libera en las hendiduras sinápticas (pequeños espacios que hay entre las neuronas y cuya conexión permite que se comuniquen entre ellas). Al evitar su degradación, se cuenta con más acetilcolina en el cerebro, lo que favorecería determinadas funciones cognitivas, como la memoria o la atención. Sin embargo, estos tratamientos han demostrado tener una eficacia limitada. En la actualidad el único que cuenta con la indicación en ficha técnica en la demencia asociada a la enfermedad de Parkinson es la rivastigmina.
  • Antipsicóticos atípicos. Estos medicamentos se prescriben para tratar algunos trastornos de comportamientos asociados también con la enfermedad de Alzheimer. Se recomienda utilizarlos con máxima precaución debido a los efectos secundarios que provocan en estos pacientes.
  • Uno de los tratamientos utilizados para abordar los síntomas relacionados con los trastornos de movimiento de los pacientes con demencia asociada a la enfermedad de Parkinson es la Levodopa.

Fecha de publicación: 3 julio 2019

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