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Delirium en el adulto mayor: diagnóstico y tratamiento

Alrededor del 50% de los pacientes ancianos, que se someten a una cirugía de cadera, sufren síndrome confusional agudo

Entre un 20% y un 40% de los pacientes ancianos, que ingresan en un hospital, sufre delirium o síndrome confusional agudo. Esta alteración les afecta, sobre todo, si la persona es sometida a una intervención quirúrgica. Lo que debemos saber es que el delirium es una situación grave que requiere cuanto antes la intervención del médico porque, si se identifican y se tratan las causas, puede ser reversible. En este artículo podrás saber en qué consiste, cuáles son los síntomas, qué causas lo pueden provocar, cómo tratarlo y qué se puede hacer para prevenirlo.

La madre de Maribel sufre un caso de delirium

Maribel todavía recuerda la imagen de su madre en el hospital amenazando con tirarse por la ventana. Ha pasado más de un año desde aquella escena, pero ella la sigue teniendo muy clara en la cabeza.

Fue como si de repente su madre se transformara en otra persona. ¿Por qué se quería tirar por la ventana? ¿Por qué tenía esa cara de terror? ¿Por qué desconfiaba de ella? ¿Qué había hecho mal?

La madre de Maribel, Elvira, una mujer de 90 años, de conversación agradable, pizpireta y fuerte personalidad, vivía en su domicilio con una cuidadora. Maribel solía visitarla todas las semanas. Un día la encontró rara, muy apagada.

A la mañana siguiente, estaba como ausente y se preocupó todavía más. Decidió llevarla al hospital. Allí, tras examinarla, detectaron que tenía una fuerte infección de orina y decidieron dejarla ingresada.

Maribel se fue tranquila a casa. Al día siguiente, cuando fue a verla presenció aquella escena. Ella jamás había oído hablar de delirium ni en qué consistía sufrir un síndrome confusional agudo. Ojalá lo hubiera sabido porque ver a su madre en aquel estado la dejó conmocionada. De hecho, todavía lo recuerda.

¿Qué es el delírium?

Este término, que significa “confusión repentina”, se refiere a un cambio en la función mental de la persona que se desarrolla de una forma rápida e imprevista. También se ha denominado síndrome confusional agudo, y se caracteriza porque el paciente no puede mantener la atención, percibe la realidad de una forma alterada y puede que tenga alucinaciones, lo que podría condicionar su comportamiento, llevándole a sentir miedo o a mostrarse agresivo.

Se trata de una situación grave que requiere avisar a un médico cuanto antes. Si se identifican y tratan sus causas, puede ser reversible.

¿Con qué frecuencia las personas sufren delirium?

Según el Tratado de Geriatría para residentes, entre el 20% y el 40% de los pacientes ancianos, que ingresan en un hospital, presenta delirium o síndrome confusional agudo.

Este síndrome afecta, sobre todo, a las personas que sufren una intervención quirúrgica. Durante, el postoperatorio lo sufren del 10 al 52%.

Los porcentajes oscilan entre un 28-61% tras una cirugía ortopédica y quirúrgica. Y, después de una cirugía de cadera, asciende hasta el 50%. Un 25% de las personas mayores de 70 años, que se han sometido a una cirugía abdominal mayor, han sufrido delirium.

Aquellos pacientes que han experimentado previamente un síndrome confusional agudo tienen un mayor riesgo de sufrir otro. Se estima que la mortalidad de las personas que sufren delirium es del 38% al año.

Si la persona sufre delirium mientras se encuentra en el hospital, su estancia en el centro puede aumentar hasta siete días.

¿Qué tipos de delirium hay?

Generalmente, el delirium se presenta de tres formas:

  1. Hiperactivo: los pacientes se muestran agitados, con una mayor excitación y experimentan rápidos cambios de humor o alucinaciones. Es la forma que se reconoce más fácilmente. Se da en un 15-25% de los casos.
  2. Hipoactivo: las personas se muestran más somnolientas, se mueven menos de lo habitual y tienen poca conciencia de su entorno. Se desarrolla en un 20% a 25% de los pacientes, pero es más difícil de diagnosticar porque los síntomas son menos evidentes.
  3. Mixto: Incluye síntomas tanto del delirium hiperactivo como del hipoactivo. El paciente pasa rápidamente de un estado a otro.

¿Cuáles son los síntomas del delirium?

El delirium se reconoce por la presencia de una serie de síntomas, pero es cierto que las personas pueden pasar de un síntoma a otro muy rápidamente. Pueden cambiar de un estado de inactividad a otro de agitación. Los pacientes también pueden experimentar periodos de lucidez a lo largo del día.

Los síntomas también varían bastante de una persona a otra. Pueden aparecer o desaparecer en un periodo de 24 horas.

Síntomas del delirium:

  • Comienza de forma repentina durante horas o días.
  • La persona muestra dificultades a la hora de hablar y, a veces, lo que dice no tiene sentido.
  • Experimenta cambios emocionales y de personalidad. Entre estos estados se incluye ira, agitación, ansiedad, apatía, depresión, miedo, euforia, irritabilidad y desconfianza.
  • Se distrae fácilmente: su atención y concentración disminuyen. Generalmente, el paciente está más alerta por la mañana que por la noche.
  • Cambios en el movimiento. El paciente se puede mostrar lento o muy inquieto.
  • Suele tener invertidos los patrones del sueño. Por la noche está despierto y por el día dormita.
  • Se siente confundido y desorientado. No sabe dónde está o en qué día u hora se encuentra.
  • Sufre pérdida de memoria, incluida la memoria a corto plazo.
  • Su pensamiento es desorganizado.
  • Incontinencia.
  • Alucinaciones visuales.
  • Pueden experimentar fiebre, escalofríos, dolor.

¿Qué causas pueden provocar el delirium en los adultos mayores (mayores de 65 años)?

  • Retención urinaria o impactación fecal

Entre las causas reversibles que pueden provocar el delirium en los pacientes mayores se encuentran la retención urinaria (no pueden vaciar la vejiga) o la impactación fecal (masa fecal seca y dura que permanece atascada en el recto).

En el caso de que esté cuidando de una persona mayor, es importante controlar la frecuencia con que orina o defeca.

  • Antecedentes de abuso de alcohol o de sustancias

Si una persona es dependiente del alcohol y del consumo de medicamentos (por ejemplo, benzodiacepinas para dormir u opioides para el dolor y, de repente, deja de consumirlos, puede sufrir un delirium).

Este síndrome también puede surgir si la persona toma drogas, como cocaína, LSD, o anfetaminas. Y puede aparecer como un efecto adverso de determinados medicamentos.

Por eso, hay que informar al médico de todos los fármacos que toma el paciente.

  • Infecciones respiratorias, urinarias, de piel, sepsis

Una infección producida por una bacteria puede provocar delirium. Las más frecuentes suelen ser las relacionadas con el tracto urinario (vejiga o riñones), las infecciones pulmonares (neumonía) o infecciones de la piel (producidas por una úlcera cutánea o por bacterias resistentes a los medicamentos).

La sepsis, que se produce cuando los microorganismos invaden el torrente sanguíneo y provocan el mal funcionamiento de varios órganos -incluido, el cerebro- también puede producir delirium.

Incluso, las infecciones virales, como la gripe, pueden producir un síndrome confusional agudo.

  • Medicamentos

Algunos medicamentos que habitualmente se prescriben en adultos mayores pueden provocarles delirium.

Es preciso prestar especial atención a los antidepresivos, como los tricíclicos (una de las clases más antiguas de antidepresivos); a los que combaten la ansiedad, como las benzodiacepinas (Valium); a los que se utilizan para dormir; a los que se usan contra el dolor, como los analgésicos opioides; a los antiepilépticos; al litio; a los anticolinérgicos, que se utilizan contra la alergia, los resfriados y para dormir; a los medicamentos contra el párkinson; a los fármacos para la digestión: contra las náuseas y antiespasmódicos; a los antibióticos (de la familia de las fluoroquinolonas); y a medicamentos para el corazón, como los digitálicos.

  • Hospitalización o cambio de lugar

Sufrir un delirium es muy común entre los adultos mayores que han sido hospitalizados. Es un efecto adverso que suele aparecer tras sufrir una cirugía y también si el paciente se encuentra en una unidad de cuidados intensivos.

El hecho de encontrarse en un entorno no conocido, ser trasladado con frecuencia de habitación y no tener cerca a sus familiares pueden aumentar la desorientación de la persona y conducirle a un episodio de delirium.

Para evitar esta situación, es conveniente que la persona tenga cerca sus gafas y audífonos, un reloj, mucha luz durante el día, una iluminación tenue durante la noche y un familiar o amigo cerca, siempre que sea posible.

  • El dolor

El delirium se produce con mayor frecuencia en las unidades de recuperación, donde sitúan a los pacientes después de sufrir una cirugía general. Es importante manejar el dolor para evitar que los pacientes puedan sufrir este síndrome.

Si la persona no se puede comunicar, es preciso estar pendiente de su comportamiento y de sus gestos para evitar que sufra.

  • Caídas y fracturas

Cuando un adulto mayor sufre un delirium hay más riesgo de que tenga una caída debido a su estado de confusión, a la excitabilidad o a la falta de atención.

Esta caída puede derivar en una fractura, sobre todo, si se trata de un anciano frágil, es decir, que conserva su independencia de manera precaria y tiene problemas de equilibrio, músculos débiles o sufre osteoporosis (enfermedad que provoca que los huesos se debiliten).

  • Problemas de audición y de visión

Tener problemas para oír y para ver aumenta el riesgo de delirium.

Cuando una persona no es capaz de entender lo que le dicen y, por lo tanto, de comunicarse, se siente frustrada y aislada. Estas sensaciones afectan de forma negativa a sus funciones mentales. Para evitar ese estado es importante que cuando un paciente ingresa en un hospital tenga a mano sus audífonos.

Esta situación es muy semejante a la que experimenta una persona con problemas de visión. Por eso, el paciente debe tener a mano sus gafas para observar con claridad su entorno y a las personas que le atienden.

Para evitar que se produzcan episodios de delirium, especialmente en un ambiente tan estresante como el que se produce en un hospital, el paciente tiene estar lo más consciente y cómodo posible.

  • Deshidratación

La deshidratación se produce cuando una persona no toma suficientes líquidos o los pierde en exceso. El cuerpo humano está compuesto por un 75% de agua. Sin ella, nuestro organismo no puede funcionar correctamente. Sin embargo, a medida que se envejece, las personas tienden a no sentir que tienen sed y pueden ser menos conscientes de que están deshidratadas.

Tomar ciertos medicamentos, como los diuréticos para la presión arterial, pueden favorecer la deshidratación, dado que aumentan las ganas de orinar. Beber café, té o alcohol también produce pérdida de agua.

Tener fiebre o diabetes o problemas digestivos, como vómitos o diarrea, pueden provocar una gran pérdida de líquidos o sales minerales en un corto periodo de tiempo.

Estar deshidratado aumenta el riesgo de sufrir delirium.

  • Anomalía electrolíticas

Con la edad, el cuerpo pierde la capacidad que tiene para mantener constante la cantidad de agua en el cuerpo. Es posible que las hormonas, que se encargan de mantener el equilibrio entre el nivel de sodio y el agua, ya no funcionen bien.

Si la persona tiene un nivel bajo de sodio en sangre (hiponatremia), puede experimentar confusión y delirium.

Si el paciente tiene un nivel alto de sodio en sangre (hipernatremia) debido, por ejemplo, a un exceso de pérdida de agua, esto puede afectar al sistema nervioso central y producirle inquietud, irritabilidad, fatiga, somnolencia, espasmos musculares o delirium.

  • Trastornos hipercalcémicos

Las personas mayores pueden desarrollar un trastorno denominado hiperparatiroidismo, que se produce cuando las glándulas paratiroides (situadas en la parte inferior del cuello, detrás de la tiroides) segregan demasiadas hormonas. Estas hormonas permiten mantener un equilibrio adecuado de calcio. Cuando este equilibrio se rompe y los niveles de calcio en la sangre son más altos de lo normal, se pueden desarrollar diversos problemas de salud.

Si estos niveles son muy altos, el paciente puede sufrir delirium, náuseas, vómitos, fatiga o confusión. Si esto ocurre, es importante ponerse en contacto con un médico.

¿Cómo se diagnostica el delirium?

Con el fin de diagnosticar el delirium, el médico puede comenzar observando el estado mental del paciente, es decir, su capacidad para razonar y para mantener su atención.

Para ello, los médicos pueden usar un conjunto de pruebas y de preguntas similares a las que se utilizan para diagnosticar la demencia.

Por ejemplo, puede pedir al paciente que realice un sencillo cálculo matemático, deletrear una palabra corta al revés, repetir una serie de cuatro o cinco números en orden y, luego, en orden inverso, y decir los días de la semana al revés.

También puede utilizar test, como el Mini-Mental State Examination (MMSE) u otras pruebas similares.

Dado que se suelen pasar por alto muchos casos sutiles o hipoactivos de delirium, sería conveniente que los médicos verificasen la capacidad cognitiva de los pacientes mayores hospitalizados.

Si un familiar o un cuidador cree que una persona sufre delirium debe avisar a un médico.

En el caso de que el médico no tenga claro las razones que han provocado ese delirium, comenzará revisando todos los medicamentos que toma, tanto los de prescripción, como los que no necesitan receta o los que están hechos a base de hierbas.

Para averiguar las causas, el médico puede llevar a cabo:

  • Exámenes neurológicos, en los evalúe la vista, el equilibrio, la coordinación y los reflejos.
  • Pruebas psicológicas, en las que se analiza si la persona sufre una depresión o un síndrome psiquiátrico agudo.
  • Análisis de sangre.

Otras pruebas en función de los síntomas que pueda tener la persona son:

  • Radiografía del tórax
  • Análisis de orina
  • Electrocardiograma
  • Punción lumbar para examinar el líquido cefalorraquídeo
  • Electroencefalograma
  • Tomografía computarizada o resonancia magnética

¿Cómo se trata el delirium?

El principal objetivo del médico para tratar el delirium es averiguar cuál es la causa que lo produce, que puede ser desde una infección, una deshidratación o el uso de algún medicamento o sufrir dolor.

Una vez se haya abordado la causa, luego solo hay que crear un ambiente agradable para el paciente.

Si la persona está hospitalizada, se debe evitar trasladarla de habitación y, si es posible, hay que reducir el cambio del personal que le atiende.

Es conveniente establecer rutinas con las comidas y el resto de las actividades, y animarle a que haga ejercicio.

Para reducir al máximo la ansiedad, es conveniente que el paciente tenga cerca a sus familiares.

En el caso de que el paciente se muestre muy alterado y no permita que se le examine o que se le trate o si su comportamiento pone en peligro su propia seguridad o la del resto, entonces el médico valorará prescribirle medicamentos antipsicóticos, como haloperidol, risperidona, olanzapina o quetiapina.

Una persona que ha sufrido delirium en el hospital, cuando regresa a su casa puede mejorar considerablemente. Hay que tener en cuenta que el delirium puede durar semanas o incluso meses.

Una vez que el paciente haya regresado a su domicilio, no se debe bajar la guardia y es recomendable que haya una supervisión para que todos se encuentren a salvo.

¿Qué diferencia hay entre delirium y demencia?

El delirium y la demencia, a veces, pueden ser difícil de distinguir. Una persona con demencia tiene un mayor riesgo de sufrir delirium, luego puede ocurrir que tenga ambos trastornos al mismo tiempo.

Sin embargo, existen claras diferencias entre la demencia y el delirium.

  • La demencia comienza lentamente y es una enfermedad a largo plazo; el delirium surge de forma repentina y dura mucho menos tiempo.
  • En la demencia, sobre todo, en las primeras etapas, la persona habla de forma normal; en el delirium puede tener problemas para vocalizar.
  • En la demencia, al principio de la enfermedad, el nivel de atención de la persona suele ser estable. Cuando la persona sufre delirium se distrae fácilmente y disminuye su atención. Sus síntomas varían, y desaparecen y reaparecen rápidamente.
  • En la demencia no hay otro signo de enfermedad física; en el delirium, el paciente es habitual que tenga otros síntomas, como fiebre, escalofríos y dolor, o que se produzca como consecuencia de un efecto secundario de un medicamento.

El delirium hipoactivo también puede confundirse con la depresión.

¿Cuáles son factores de riesgo del delirium?

Si una persona tiene que ingresar en un centro hospitalario, especialmente si tiene que estar en la UCI o si tiene que someterse a una cirugía, aumenta el riesgo de sufrir delirium. Los adultos mayores tienen un mayor riesgo de sufrir delirium.

Sufrir determinadas enfermedades aumenta el riesgo de sufrir delirium. Por ejemplo:

  • Demencia, ictus o la enfermedad de Parkinson
  • Haber sufrido previamente otro episodio de delirium
  • Tener problemas de vista o de oído
  • Sufrir varias patologías.

¿Puede surgir alguna complicación después de sufrir un delirium?

El grado de recuperación que puede experimentar una persona que ha tenido un delirium dependerá de su estado de salud. Las personas con un estado mejor suelen recuperarse por completo, mientras que los pacientes con demencia suelen experimentar un deterioro significativo de la memoria y de su capacidad para pensar.

Si la persona tiene otras enfermedades graves, es posible que no recupere la capacidad de pensamiento o de funcionamiento que tenía antes. Además, este episodio puede provocarle un declive general de su salud y aumentar su riesgo de muerte.

Las personas que sufren delirium tienen estancias hospitalarias más prolongadas y se recuperan peor si han sufrido una cirugía.

¿Cómo se puede prevenir el delirium?

Si un adulto mayor tiene previsto someterse a una cirugía, sería conveniente que el médico valorara antes su estado mental, para poder comparar si su estado ha sufrido un cambio después de la intervención.

Se han identificado seis factores para prevenir el delirium en personas mayores que se encuentran hospitalizadas:

  • Facilitar la orientación de las personas con deterioro cognitivo situándolas cerca de una ventana y proporcionándolas un reloj y un calendario.
  • Levantar al paciente lo antes posible.
  • Reducir el uso de medicamentos para tratar los trastornos del ánimo e intentar sustituirlos por terapias no farmacológicas.
  • Establecer un ciclo saludable de sueño-vigilia, facilitando que tenga acceso a la luz natural, mediante una ventana, y reduciendo los ruidos nocturnos.
  • En caso de que el paciente tenga problemas de vista o de oído, hay que asegurarse de que cuenta con sus gafas o los audífonos. Si necesita dentadura postiza también debe tenerla cerca.
  • Debe tomar muchos líquidos para evitar la deshidratación.

 Referencias:

Delirium. HealthinAging.org

Delirium. The Royal College of Psychiatrists

Delírium o síndrome confusional agudo. Tratado de Geriatría para residentes.

Delirium. Cleveland Clinic.

Delirio. Mayo Clinic.

 

Fecha de publicación: 23 junio 2022

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