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Comorbilidad: definición e implicaciones
Sufrir dos enfermedades o más al mismo tiempo requiere de una mayor coordinación por parte de los médicos para proporcionar un tratamiento adecuado
- Las comorbilidades más frecuentes en edades avanzadas
- Comorbilidad: definición
- Cuando las comorbilidades tienen factores de riesgo compartidos
- Cuando las comorbilidades comparten las mismas causas
- Cuando una enfermedad provoca otra
- Cuando la comorbilidad es una coincidencia
- Por qué es importante reconocer las comorbilidades
- Para prevenir enfermedades
- Para el diagnóstico
- Para el tratamiento
- Hay que tomar precauciones con los medicamentos
- ¿Qué diferencia hay entre una comorbilidad y una complicación?
- Ejemplos de comorbilidad
- Quiénes tienen más probabilidades de tener comorbilidades
- Consejos para manejar la comorbilidad
La comorbilidad, es decir, sufrir al mismo tiempo varias enfermedades, es un concepto con que el debemos familiarizarnos a medida que envejecemos dado que es más frecuente en edades avanzadas. Es importante informar sobre ello al médico para que pueda adaptar los tratamientos y evitar las interacciones. Aquí te explicamos qué implicaciones tiene sobre la salud y cómo adoptar un papel proactivo.
Las comorbilidades más frecuentes en edades avanzadas
Milagros y Teresa son dos amigas de 74 y 80 años, respectivamente, que viven juntas. Por las mañanas, antes de desayunar, lo primero que hacen es poner encima de la mesa todos los comprimidos que se tienen que tomar para controlar la hipertensión, el colesterol, el tiroides y el dolor en la espalda para Teresa y para Milagros, la neumonía, de la que todavía se está recuperando.
Esta escena es una imagen cotidiana de lo que representa la comorbilidad, un término empleado en medicina para denominar la existencia en una persona de más de una enfermedad.
Según un estudio, Evaluación de la comorbilidad en la población anciana: utilidad y validez de los instrumentos de medida, la presencia de múltiples enfermedades es muy frecuente en edades avanzadas. El 24% de los mayores de 65 años y el 31,4% de los mayores de 85 años padecen cuatro o más enfermedades crónicas. En el estudio Women´s Health and Aging Study más de la mitad de las mujeres tenían tres o más enfermedades crónicas.
Las comorbilidades suelen sufrirse a largo plazo o terminar siendo crónicas.
Comorbilidad: definición
Este término se utiliza cuando las personas sufren, al mismo tiempo, distintas enfermedades.
Las comorbilidades, a veces, interactúan entre sí. En otras ocasiones, existen por separado.
Algunas afecciones comparten factores de riesgo, lo que aumenta las probabilidades de desarrollarlas. Si una persona sufre un ataque al corazón puede que tenga un ictus o una enfermedad vascular.
Sin embargo, en otras ocasiones las enfermedades aparecen juntas por azar. Una persona podría tener depresión, artritis, diabetes e hipertensión.
Se pueden sufrir distintas afecciones porque:
-Esas enfermedades comparten las mismas causas o factores de riesgo
-Una enfermedad causa la otra.
-No están relacionadas en absoluto. Su aparición es pura coincidencia.
Cuando las comorbilidades tienen factores de riesgo compartidos
Algunas enfermedades se producen porque comparten los mismos factores de riesgo.
Por ejemplo: un ataque al corazón y un ictus. Un ataque al corazón se produce cuando se bloquea una arteria y el corazón no recibe la sangre y el oxígeno que necesita. Un ictus puede producirse cuando se interrumpe el flujo de sangre y oxígeno que necesita el cerebro.
Ambos eventos tienen los mismos factores de riesgo:
- Hipertensión
- Niveles altos de LDL
- Diabetes
- Tabaquismo o ser fumador pasivo
- Obesidad
- Llevar una dieta no saludable
- Falta de actividad física
Estos factores de riesgo aumentan la probabilidad de sufrir tanto un ictus como un infarto. Algunas personas pueden tener ambos. De hecho, si una persona sufre un ataque al corazón, al año siguiente después de sufrirlo, tiene un riesgo mayor de tener un ictus.
Cuando las comorbilidades comparten las mismas causas
Se cree que muchas enfermedades son producidas por una misma causa
Por ejemplo: lupus y artritis reumatoide
Ambas enfermedades son autoinmunes. Esto significa que el sistema inmunitario de esa persona ataca por error partes sanas de su cuerpo. La persona que tiene una enfermedad autoinmune está en riesgo de tener otra.
Cuando una enfermedad provoca otra
En ocasiones, una enfermedad causa directamente otra.
Por ejemplo: la hipertensión y las enfermedades del corazón
Si se tiene la presión arterial alta, la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias es muy alta. Esto provoca que el corazón trabaje más para poder bombear la sangre. El endurecimiento y el engrosamiento de las arterias, debido a la presión arterial alta, puede derivar en un ataque cardiaco, un ictus u otras complicaciones.
Cuando la comorbilidad es una coincidencia
La coincidencia se produce cuando se dan dos hechos que no tienen nada que ver entre sí. Por ejemplo, una alergia a un alimento y una enfermedad ocular genética.
En ocasiones, las comorbilidades que, a veces, tienen una relación causa y efecto, también pueden ser fruto de una coincidencia.
Por ejemplo, la diabetes aumenta las probabilidades de sufrir una enfermedad cardiaca, pero puede ocurrir que una persona sufra un ataque al corazón antes de desarrollar una diabetes. En este caso, la diabetes no ha provocado el ataque al corazón. Sufrir ambas enfermedades son solo una coincidencia.
Por qué es importante reconocer las comorbilidades
Para prevenir enfermedades
Si la enfermedad que le diagnostican puede provocar comorbilidades, el médico le indicará qué medidas puede tomar para evitar que desarrolle esas posibles afecciones.
Por ejemplo, si su médico le diagnostica hipertensión, también le recomendará que mejore su dieta, que haga ejercicio físico y, posiblemente, le recetará un medicamento con el fin de reducir la aparición de otras comorbilidades, como un ataque cardiaco o un ictus.
Para el diagnóstico
Conocer las comorbilidades puede ayudar a su médico a hacer un buen diagnóstico.
Por ejemplo, la persona tiene una enfermedad autoinmune que afecta a los ojos y, además, desarrolla un dolor en las articulaciones. El médico puede considerar primero que el paciente puede sufrir otra enfermedad autoinmune, como el lupus o la artritis reumatoide.
Para el tratamiento
Las comorbilidades pueden complicar el tratamiento. En general, los resultados suelen ser peores cuando las personas sufren comorbilidades que si solo tienen una enfermedad. Por eso, es importante que el médico someta a los pacientes a una estrecha supervisión.
Hay que tomar precauciones con los medicamentos
Cuando el médico prescribe un tratamiento, debe tener en cuenta los otros medicamentos que toma el paciente, tanto los que necesitan receta como los de venta libre y los suplementos nutricionales.
Cada enfermedad puede tener diferentes síntomas y desencadenantes, lo que conllevará la prescripción de distintos tratamientos que el médico debe coordinar.
Algunos fármacos pueden agudizar los síntomas de la otra enfermedad o interactuar negativamente con los otros tratamientos reduciendo su eficacia o provocando efectos secundarios difíciles de manejar.
Puede que el médico no pueda prescribirle algún tratamiento debido a las comorbilidades que sufre y los medicamentos que ya recibe.
Cuantas más comorbilidades y más fármacos toma la persona más complicada se vuelve la situación. Para manejarla correctamente es posible que los distintos especialistas tengan que consultarse entre sí.
En estos casos, es conveniente que el paciente adopte un papel proactivo e informe al resto de los especialistas de todas las patologías que tiene, todos los medicamentos que toma y los cambios que haya introducido un profesional en un momento determinado.
La persona con comorbilidades corre un riesgo mayor de sufrir nuevos problemas que no tienen nada que ver con la enfermedad que más le preocupaba.
Los problemas de salud que puede provocar la comorbilidad son:
- Limitaciones funcionales
- Discapacidad
- Fragilidad
- Peor calidad de vida
- Complicaciones con el tratamiento
- Visitas a Urgencias
- Hospitalizaciones que podrían haberse evitado
- Reacciones adversas a los medicamentos
- Muerte
A veces, cuando una enfermedad es la causa de otras, tratar la primera puede ayudar con la segunda. Por ejemplo, si el paciente sufre obesidad y pierde peso, esa medida puede evitar tener que abordar otras comorbilidades, como la hipertensión, la diabetes o la apnea del sueño.
¿Qué diferencia hay entre una comorbilidad y una complicación?
La comorbilidad es una enfermedad distinta del principal problema de salud que tenga la persona.
Una complicación puede haber sido provocada por un efecto secundario de un tratamiento o por un procedimiento o por un problema causado por la enfermedad. Y una complicación puede o no estar relacionada con la enfermedad comórbida.
Ejemplos de comorbilidad
Las enfermedades comórbidas comunes en los adultos mayores son:
- Obesidad
- Cardiopatía
- Ictus
- Hipertensión
- Diabetes
- Niveles altos de lípidos en sangre
- Enfermedad pulmonar
- Asma
- Apnea del sueño
- Problemas de salud mental, como la demencia o la depresión o la ansiedad
- Discapacidad sensorial
- Osteoartritis
- Cáncer
Quiénes tienen más probabilidades de tener comorbilidades
Cualquier persona puede desarrollar una comorbilidad, pero hay ciertos grupos de personas que tienen un riesgo mayor de tener problemas con la salud que otros.
Las comorbilidades suelen ser más comunes entre las personas con más edad porque los adultos mayores tienen más problemas de salud. En los países con altos ingresos, la edad es el principal factor de riesgo.
Las personas con peor acceso a la atención médica también están en riesgo. Un estudio en el 2017 encontró que la presencia de comorbilidades es mayor en los grupos socioeconómicos más bajos.
Las mujeres embarazadas y las personas con enfermedades congénitas o tempranas también tienen un riesgo mayor.
Ciertos hábitos de vida, como el tabaquismo, aumentan el riesgo de comorbilidad. Por ejemplo, fumar está relacionado con el cáncer de pulmón, cardiopatía, ictus, diabetes, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y enfermedades inmunes, como la artritis reumatoide.
Consejos para manejar la comorbilidad
El tratamiento de múltiples enfermedades es muy complejo. Seguir estas sugerencias puede facilitar el proceso:
- Informar a los médicos sobre cualquier problema de salud que se tenga con el fin de que ellos puedan tenerlo en cuenta a la hora de prescribir un tratamiento.
- Indicar a los especialistas si se tienen otros problemas de salud y los tratamientos que se están tomando.
- Llevar, a todas las citas médicas, los prospectos de todos los medicamentos o los propios medicamentos.
- Si el tiempo que le puede dedicar su médico es muy ajustado, infórmele del problema de salud que más le preocupa.
- Tenga buenos hábitos en su estilo de vida, como no fumar, hacer ejercicio de forma regular y tomar una dieta equilibrada.
- Tome los medicamentos según lo haya prescrito el médico.
Referencias:
Comorbidities: Meaning and Common Examples. Verywell health
Comorbidity: Causes and Health Implications. Healthline
Fecha de publicación: 6 julio 2023
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