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Cómo medir la independencia física con el índice Barthel

Esta escala nos permite evaluar el grado de dependencia del paciente mayor cuando realiza las actividades básicas de la vida diaria

El índice Barthel nos ayuda a saber hasta qué punto nuestro ser querido necesita ayuda a la hora de realizar las actividades básicas de la vida diaria. Una evaluación que permitirá al trabajador social analizar su nivel de dependencia y al terapeuta ocupacional, diseñar a un plan de estimulación a su medida.

Pero, para empezar ¿qué son las actividades básicas de la vida diaria?

Se trata de aquellas acciones en las que ni tan siquiera pensamos, las que consideramos tan inherentes a nuestra propia existencia que no nos damos cuenta de la importancia que tienen. Tan solo cuando no podemos realizarlas caemos en la cuenta de cómo esa dependencia limita nuestra vida.

Ser capaz de comer por uno mismo, decidir si quieres tomar una ducha, poder lavarte, vestirte, realizar actividades tan íntimas, como utilizar el inodoro, son actividades “humildes”, pero cuando las pierdes minan tu autoestima como un misil.

Los expertos las definen así: un conjunto de acciones que la persona necesita llevar a cabo para cuidarse adecuadamente, mantenerse activa y sana. Su importancia es crítica porque, en el caso de que el individuo no pueda realizarlas, y no tenga a nadie para ayudarle, la persona podría morir.

Por ejemplo, a medida que la demencia avanza, estas actividades básicas se convierten en un artículo de lujo. La persona diagnosticada con esta enfermedad perderá con el tiempo su capacidad para llevarlas a cabo solo. Sin embargo, hasta que llegue ese momento, hay un largo camino por recorrer.

El índice Barthel se utiliza para evaluar el grado de ayuda que necesita una persona. Por eso, se emplea para valorar al individuo que ha solicitado ayudas a la dependencia, en el ingreso en una residencia o en un centro de día o si se encuentra en su domicilio y requiere algún tipo de terapia para mejorar su calidad de vida.

El grado de dependencia que tenga el paciente determinará la posible ayuda que reciba. Esta escala también es utilizada por las terapeutas ocupacionales con el fin diseñar un plan con acciones a medida que mantengan el mayor tiempo posible las capacidades de esa persona.

La escala Barthel es utilizada, por ejemplo, si un paciente ha sufrido un ictus. El médico puede medir su grado de dependencia cuando le da el alta y, posteriormente, tras la rehabilitación, analizar cómo ha evolucionado.

Esta evaluación no suele ser tan fácil de llevar a cabo como en un primer momento se puede creer. Para ello, se han diseñado herramientas.

El índice Barthel es una de las escalas más introducidas para medir la capacidad funcional de los adultos mayores. Esta escala lleva utilizándose desde 1955. Fue en ese año cuando los hospitales de enfermedades crónicas de Maryland (EEUU) comenzaron a usarla.

¿Qué es el índice Barthel?

Esta escala, también conocida como Índice de discapacidad de Maryland, se define como una medida genérica que valora el nivel de independencia de la persona a la hora de realizar algunas actividades de la vida diaria (AVD). Para conseguir esas valoraciones se asignan diferentes puntuaciones y ponderaciones según la capacidad del individuo.

Esos valores asignados a cada actividad se basan en el tiempo y en la cantidad de ayuda física que necesita esa persona para llevarla a cabo. La máxima puntuación total que se puede obtener es de 100 (completamente independiente) y la mínima de cero (totalmente dependiente).

El objetivo de este índice es establecer el grado de independencia de una persona respecto a cualquier ayuda que pudiera recibir, tanto física como verbal. La escala debe utilizarse como un registro de lo que hace el paciente en ese momento, no de lo que podría hacer esa persona. Por eso, generalmente, la información se basa en el desempeño que tiene durante las 24 o 48 horas previas a la prueba, aunque, ocasionalmente, se pueden tener en cuenta periodos más largos.

Esta escala puede tardar en administrarse entre 20 y 30 minutos. El tiempo varía en función de las capacidades de la persona y el tiempo que necesita para completar las tareas. Para medir hasta qué punto el individuo es independiente, se necesita recopilar evidencias. Por lo general, se pide información al propio paciente, si es capaz de proporcionarla, y a amigos, familiares, cuidadoras, enfermas y auxiliares. Pero también es importante observar directamente cómo se desenvuelve la persona.

¿Qué actividades mide el índice Barthel?

Esta escala evalúa diez actividades básicas de la vida diaria, que se pueden englobar en alimentación, higiene, desplazamiento y control de los esfínteres.

  1. En esta categoría se mide si la persona es capaz de comer por sí misma, lo que implica que pueda introducirse el alimento en la boca, masticar y tragar. Además, se evalúa si puede cortar la comida o servirse agua. Lo que se mide es su capacidad para comer sola en un tiempo razonable, no si esa persona ha cocinado. Si el individuo es capaz de llevar a cabo todas estas actividades de forma independiente, la puntuación será de un 10. Si necesita algo de ayuda, como que le corten la comida, la valoración será de un 5, y si es totalmente dependiente, entonces, la puntuación será un 0.
  2. Aquí se valora si esa persona es capaz de ducharse o bañarse por sí misma. Si puede, por ejemplo, utilizar una esponja. También se tendrá en cuenta que sea capaz de entrar y salir del baño de forma autónoma. Si la persona puede realizar todos los pasos por sus propios medios, sin necesidad de que nadie la supervise, entonces esta actividad se valora con un 5.
  3. La persona debe ser capaz de ponerse, quitarse y abrocharse la ropa, así como de atarse los cordones de los zapatos, salvo que se puede poner otro tipo de calzado en los que no los necesite. La actividad incluye ponerse o quitarse aparatos ortopédicos si la persona los requiere. En el caso de que pudiera realizar todas estas actividades por sí misma, se valorará con un 10. Si el paciente necesitara ayuda para ponerse la ropa, quitársela o abrochársela, la valoración podría estar en un 5, siempre que la persona pudiera ser capaz de hacer la mitad del trabajo y lo llevara a cabo en un tiempo razonable.
  4. En esta actividad se mide si es capaz de mantener su propia higiene. Por ejemplo, si puede lavarse las manos, la cara, peinarse, lavarse los dientes, afeitarse y maquillarse. También se valora si es capaz de utilizar una maquinilla de afeitar, lo que incluye cambiar la cuchilla o enchufarla sin ayuda. Así como encontrarla y sacarla del cajón. En el caso de que el individuo pudiera hacer estas actividades por sí solo, se valoraría con un 5.
  5. Continencia o incontinencia fecal. Aquí se evalúa si esa persona es capaz de contener las heces o si se produce algún episodio de incontinencia puntual. Y si, por ejemplo, es capaz de ponerse un supositorio o un enema si fuera necesario. En el caso de que no tuviera problemas, se valoraría con un 10. Si el paciente necesitara ayuda a la hora de ponerse un supositorio, un enema o si tuviera algún episodio de incontinencia puntual (menos de uno por semana), la puntuación sería de un 5. Esta evaluación se realiza teniendo en cuenta el comportamiento de la persona en la semana anterior a la valoración.
  6. Continencia o incontinencia urinaria. Este tipo de incontinencia se evalúa igual que la urinaria. Se analiza si la persona es capaz de controla su vejiga de día y de noche. En el caso de que tenga que usar un dispositivo externo (sonda) y una bolsa, para poder expulsar la orina, tiene que ser capaz de ponérsela de forma independiente, así como de vaciarla. Si la persona fuera capaz de hacerlo, obtendría un 10 como valoración. Si sufriera algún accidente ocasional (un máximo de un episodio cada 24 h) o no pudiera llegar a tiempo al baño o para ponerse un orinal, entonces, recibiría un 5 como valoración.
  7. Ir al retrete. Se considera que una persona es independiente, si es capaz de sentarse o levantarse del inodoro, si puede abrocharse y desabrocharse la ropa, si tiene cuidado de no mancharse y si usa el papel higiénico sin ayuda. En el caso de necesitar un orinal, debe demostrar que puede colocarlo solo, vaciarlo y limpiarlo. Si la persona es capaz de hacer sola todas estas actividades, entonces obtendrá una valoración de 10. Si el paciente necesita ayuda porque pierde el equilibrio o para poder vestirse, pero puede limpiarse solo, entonces, será valorado con un 5.
  8. Transferencias: pasar de la silla de ruedas a la cama y viceversa. En este punto se evalúa si el paciente puede aproximarse de forma segura a la cama con la silla de ruedas, es decir, si puede bloquear los frenos, levantar los reposapiés, trasladarse a la cama y acostarse. Y también se analiza si es capaz de hacer la misma operación, pero al contrario: si es capaz de pasarse de la cama a la silla de ruedas. Si lo hace de forma independiente, obtendría un 15. En el caso de que necesite alguna ayuda mínima en algún paso de esta actividad o si requiere que se le recuerda algún paso o que se le supervise para garantizar su seguridad en una o dos partes de esta actividad, entonces se pondría una valoración de 10. Si el paciente puede sentarse en la silla sin recibir ningún tipo de ayuda, pero necesita que una persona le levante de la cama, entonces, le correspondería un 5.
  9. En esta actividad se evalúa la capacidad que tiene la persona para ponerse de pie, sentarse por sí misma o para acostarse o para levantarse de la cama. Se analiza si es capaz de caminar sola 50 metros o con muletas o un bastón. En el caso de que necesitara aparatos ortopédicos, tiene que ser capaz de utilizarlos por sí misma. Si demuestra que es capaz de hacerlo sola, su situación se valoraría con un 15. Si la persona necesitara ayuda o supervisión en alguno de los pasos anteriores o algún tipo de apoyo, como un andador, para caminar 50 metros, entonces, se pondrían 10 puntos. Si la persona no puede andar por sí misma, pero puede moverse de forma independiente con una silla de ruedas, lo que implica que es capaz de hacer giros y de poder dirigir la silla hacia la cama, la mesa, el baño y desplazarse, al menos, 50 metros, entonces obtendría 5 puntos.
  10. Subir y bajar escaleras. En este punto se observa si la persona puede subir y bajar escaleras de forma autónoma. Para ello, puede apoyarse en bastones, muletas o pasamanos si fuera necesario. Si puede hacerlo de forma segura, sin ayuda ni supervisión, obtendría 10 puntos. Si necesitara ayuda o supervisión en cualquiera de los puntos anteriores obtendría 5 puntos.

¿Para qué se utiliza el índice Barthel?

  • Para evaluar las capacidades que tienen las personas que presentan ciertas discapacidades. Por ejemplo, para la valoración que se hace para la ley de la dependencia.
  • Para diseñar un plan de cuidados con el fin de mantener las capacidades de la persona el mayor tiempo posible.
  • Para hacer una valoración previa de las personas que van a ingresar en un centro residencial, o en un centro de día o que van a recibir cuidados en su domicilio.
  • Para medir el impacto que están teniendo las terapias que está recibiendo la persona.
  • Para facilitar la comunicación entre los distintos profesionales involucrados en la atención al paciente.

 ¿Cómo se interpreta el índice Barthel?

El índice evalúa las capacidades que tiene esa persona para llevar a cabo las distintas actividades básicas de la vida diaria. A lo largo del test, la persona va obteniendo distintas puntuaciones que finalmente se suman. Si la persona obtiene 100 puntos quiere decir que la persona es completamente independiente. Si la persona es independiente, pero utiliza una silla de ruedas, la máxima puntuación que podría obtener es 90.

Los rangos de valores y la clasificación correspondiente que se obtendrían sería:

  • 100 puntos: independencia
  • Más o igual a 60: dependencia leve
  • 40-55: dependencia moderada
  • 20-35: dependencia severa o grave
  • 0-20: dependencia total

¿Cómo se administra el índice Barthel?

La aplicación de esta escala es muy sencilla. El evaluador solo medirá la discapacidad física del paciente. Se puede administrar mediante una entrevista u observando el comportamiento de la persona en su entorno o pidiéndole que realice una actividad.

En un estudio, en el que se analizó la competencia de los estudiantes a la hora de administrar el índice Barthel, se observó que los estudiantes tendían a puntuar más alto a los pacientes que si la evaluación era llevada a cabo por los terapeutas profesionales. Concretamente dos puntos por encima que la media obtenida por los terapeutas.

Tras analizar los resultados, los autores del estudio observaron que los estudiantes, cuando pasaban el test, se basaban en lo que les decían los pacientes, mientras que los terapeutas profesionales tenían en cuenta la información que también les proporcionaban los cuidadores. Especialmente, cuando encontraban alguna discrepancia al analizar algunas de las actividades.

Una experiencia que puede ayudar a aplicar mejor el índice Barthel.

Referencias:

Indice Barthel. Escala.

-The Competence of Fieldwork Students in Administering the Barthel Index. Hong Kong Journal of Occupational Therapy.

-Barthel Index. Aging, dementia, and disorders of cognition. Rating Guidelines for Barthel Index. Science Direct Topics.

-Indice Barthel. Medscape.

 

Fecha de publicación: 24 noviembre 2022

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