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Cómo lavar los dientes de una persona con demencia que no abre la boca

Darle unos suaves golpecitos en la barbilla y guiarle con nuestra propia mano puede facilitar esta labor al cuidador

Lavar los dientes de una persona con demencia cuando la enfermedad está en una fase avanzada no es una tarea fácil.

El primer desafío es lograr que abra la boca y que deje que el cuidador limpie una zona tan íntima.

Entre las recomendaciones que dan los expertos se encuentran guiar su propia mano.

En varias consultas que nos habéis enviado nos preguntabais cómo podéis lavar los dientes de vuestro ser querido cuando éste se niega a abrir la boca. Este tipo de reacciones es muy habitual en personas cuya demencia está en una fase avanzada. Pero antes de recomendar algunas de las pautas es preciso evaluar por qué se produce esta situación.

¿Por qué el paciente con demencia no abre la boca para que le podamos lavar los dientes?

Según Elena Gil Quero, terapeuta ocupacional del centro residencial Sanitas Henares, pueden existir varias causas que impidan que la persona con demencia abra la boca.

Desde problemas osteoarticulares, como sufrir artrosis en la articulación de la mandíbula, hasta tener un flemón o llagas en la boca.

Trastornos de la articulación temporomandibular, que pueden provocar dolor en la articulación y en los músculos que controlan el movimiento de la mandíbula. Esta articulación actúa como una bisagra que se desliza para conectar la mandíbula con el cráneo.

También puede sufrir dolor dentro y alrededor del oído, dificultad para masticar, dolor en la cara o experimentar un bloqueo en la articulación, lo que dificulta que la persona pueda abrir o cerrar la boca.

Se debe acudir al médico, en caso de que el dolor persista o si nuestro ser querido no puede abrir o cerrar la boca por completo.

El paciente con demencia no nos deja lavar sus dientes porque no nos entiende

Puede ocurrir que nuestro ser querido, debido a que la enfermedad ha avanzado, no comprenda lo que el cuidador quiere hacer cuando le pide que abra la boca para limpiarle los dientes. En ese caso, lo normal es que se niegue a abrir la boca.

Quién de nosotros dejaría que una persona, a la que quizá ya no reconozcamos, introdujera en nuestra boca un objeto. Probablemente, ninguno.

Lo que tenemos que tener presente es que nuestro ser querido no pretende ponernos las cosas difíciles, simplemente, está siguiendo su instinto: protegerse. No hay que olvidar que la boca es una zona de gran intimidad.

En ese comportamiento, también puede influir que no le guste le sensación que le proporciona el cepillo y el sabor del enjuague bucal. Se puede probar, entonces, con un cepillo interdental y cambiando el sabor del enjuague.

Dado la dificultad que entraña esta tarea, es preciso que el cuidador busque momentos en los que no tenga prisa y pueda dedicarle al paciente el suficiente tiempo. Sería conveniente llevarla a cabo en un momento del día en que tanto la persona como el cuidador estén tranquilos.

Opciones para la lavar los dientes de una persona con demencia

Para lograr que el paciente abra la boca podemos darle unos golpecitos suaves en la zona de la barbilla y de la mandíbula. De esta forma, estamos estimulando sus reflejos primitivos.

También podemos intentar que nos siga mediante la imitación. Podemos situarnos frente a un espejo junto a nuestro familiar y lavarnos los dientes. Él, entonces, puede intentar imitarnos.

La terapeuta ocupacional Teepa Snow también nos propone otra manera.

  • En primer lugar, nos debemos situar en el lado dominante de nuestro familiar. Si nuestro ser querido es diestro, nos situaremos en el lado derecho.
  • En segundo lugar, debemos coger la mano de nuestro ser querido y guiarle para que sea él mismo, con nuestra ayuda, quien sostenga el cepillo de dientes. Aunque nosotros controlemos los movimientos, su mano está ahí, y este hecho le dice a su cerebro que él mismo está cepillándose los dientes.
  • En tercer lugar, debemos poner nuestra mano en el hombro de su lado dominante (si es diestro, en el derecho) y apretar suavemente hacia abajo mientras estamos cepillándole los dientes. Esta acción hace que no preste atención al cepillado de dientes.

Pero si esta técnica no funciona, podemos limpiar su boca con un gasa mojada en un enjuague bucal que no tenga un sabor fuerte.

La gasa la podemos enrollar en un dedo o en una torunda con un depresor lingual. Después procederemos a limpiar los dientes, la lengua y las paredes de la boca.

El proceso debe hacerse con mucha delicadeza, explicándole, previamente, con una voz serena y una sonrisa que le vamos a lavar los dientes.

Antes de tocarle, le debemos pedir permiso, y mientras le lavamos la boca, le hablaremos, y cuando terminemos, le daremos las gracias.

Fecha de publicación: 18 abril 2019

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5 Comentarios

  • La teoría suele ser muy bonita… pero la realidad… Es que no es sencillo poner esto en práctica. Mi madre con alzhéimer pega mordiscos a todo lo que aparece en su boca, con lo cual es complicado poder mover el cepillo de dientes. Además, no es capaz de tirar de la boca nada, con lo que se traga todo. Así que he cambiado la pasta de dientes de mayores por pasta para niños, pues acaba con la pasta en el estómago.
    Muchas gracias por estos artículos.

    • Querida Lucía, en cuanto a tu consulta, las indicaciones son las mismas que para un paciente que no quiere abrir la boca. Creo debes intentar seguir las indicaciones que se dan en el artículo: darle unos golpecitos suaves en la zona de la barbilla y de la mandíbula. Y seguir la recomendaciones de la terapeuta ocupacional Teepa Snow que vienen al final del artículo. Un cordial saludo y muchas gracias por tu confianza.

      • Es una cosa muy difícil, que preocupa y que nos hace sentir mucha frustración, porque incluso aunque intentes explicar las razones para lavarle la boca al paciente con alzhéimer, en grados avanzados, éste no comprende y si dice que no es no… No abre la boca o aprieta los dientes. A mí mamá puedo cepillarle la mayor parte del tiempo los dientes de enfrente, pero las muelas es imposible alcanzarlas (los terceros molares)… no hay modo, ni con cepillo, ni con el dedo. Si el cepillo es intrusivo, los dedos más.

        • Querida lectora: Muchas gracias por seguirnos. En cuanto a tu comentario, es cierto que el momento de la higiene es una actividad que requiere de mucha paciencia, flexibilidad, respeto y amabilidad. No olvidemos que es un momento íntimo para esa persona.Es muy importante que le hagas partícipe de la actividad si está dentro de las capacidades que todavía conserva tu madre. A veces, en estados avanzados de demencia, explicar las razones de forma muy elaborada dificulta la comprensión del mensaje; es más útil explicarlo de forma breve, concisa y siempre de la misma forma. Te recomendamos que, antes de iniciar la actividad, tengas todo el material preparado. Además, tienes que tener en cuenta el entorno, que la temperatura del baño sea de su agrado, incluso, poner música que sepas que le gusta porque puede ayudarte a mantener un ambiente relajado. ¿Has probado a dejarle el cepillo de dientes? ¿A colocárselo en la mano para observar qué hace con él? También puedes probar realizando tu propia higiene bucal delante de tu madre, para ver si es capaz de imitar lo que haces. ¿Has probado a intentarlo en diferentes momentos del día? Igual hay algún momento en concreto en el que tu madre es más receptiva a la higiene bucal completa. Otra opción es probar con dentífricos más suaves, de sabores, como el de fresa, para ver si esto la relaja y permite entonces que la limpies la boca. Esperamos haberte ayudado. Un cordial saludo, Pilar Alcalá y Marlyn Ayala, terapeutas ocupacionales del centro residencial Sanitas Alcorcón.

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