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Cómo prevenir las infecciones de orina

La hidratación, una limpieza correcta y evitar el estreñimiento son algunas de las recomendaciones que dan los expertos

Las infecciones de orina son las segundas más frecuentes en las personas mayores. Por eso, es importante aumentar nuestro conocimiento. Aquí ofrecemos un repaso exhaustivo sobre todo los que rodea a esta  patología y qué se puede hacer para prevenirla.

Hoy la madre de Ana no se ha levantado como otros días. Apenas ha probado el desayuno y, durante la mañana, ha estado medio dormida, encorvada, hecha un ovillo en su sillita. Tiene dificultades para hablar, temblores y parece estar muy débil.

Ana ya sabe lo que le pasa: su madre tiene infección de orina. Los síntomas son inconfundibles. Además, le ha medido la glucosa y la tiene por las nubes. Lo que le preocupa es que es la cuarta infección en lo que va de año.

Tras llevar a analizar una muestra de orina, el médico le ha confirmado el diagnóstico. Ana le mira y le pregunta: «¿pero qué puedo hacer para intentar prevenir esta infección? Es que cada vez que tiene una se queda destrozada».

La infección del tracto urinario que sufre la madre de Ana es muy habitual entre los adultos mayores. De hecho, este tipo de infecciones son las segundas más frecuentes, después de las respiratorias, en personas que viven en la comunidad, es decir, que no están institucionalizadas (residencias), según la Guía de buena práctica clínica en Geriatría. Infecciones Urinarias, avalada por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología y la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica.

Generalmente, este tipo de afección afecta más a mujeres que a hombres. Se estima que la mitad de las mujeres sufrirán una infección urinaria a lo largo de su vida.

Pero para entender cómo una infección de orina altera la salud de una persona es conveniente entender antes cómo funcionan los órganos que podrían terminar siendo afectados.

 ¿Cómo funciona el tracto urinario?

El cuerpo humano cuenta con dos riñones, situados a cada lado del abdomen, que se encuentra entre el pecho y la pelvis. Los riñones se encargan de producir la orina. Para expulsarla, es necesario que pase a través de unos conductos denominados uréteres que llegan a la vejiga. Allí se almacena para que luego salga mediante un tubo llamado uretra.

En las mujeres, la uretra, el conducto de la vejiga por el que sale la orina, es más corto y está más cerca del ano que en los hombres. Por eso, estas infecciones son más frecuentes entre las mujeres.

¿En qué consiste una infección del tracto urinario (ITU) o infección de orina?

Este tipo de infección generalmente está provocada por bacterias u hongos que ingresan en el tracto urinario. Las bacterias provienen del propio intestino. Cuando permanecen allí no provocan ningún daño, pero sí lo hacen, en cambio, cuando penetran en otras partes del cuerpo.

Algunas de estas bacterias se encuentran alrededor del ano después de defecar. Las infecciones de orina más frecuentes son provocadas por la bacteria E.coli, que forma parte de la flora fecal. A veces estos gérmenes viajan y se introducen en el tracto urinario a través de la uretra.

Cuando la infección afecta solo a la vejiga (cistitis) y a la uretra se llama infección del tracto urinario inferior. Pero si estas bacterias se mueven hacia arriba pueden afectar a los riñones y entonces se denomina infección del tracto urinario superior. Esta última suele ser más grave.

¿Por qué algunas personas sufren infecciones urinarias?

En muchos casos, no hay un motivo aparente que desencadene la infección. No se detectan problemas en la vejiga, los riñones, la próstata o el sistema de defensa inmunológico. En otros, en los que sí existe un problema previo, el riesgo de desarrollar una infección de orina es mayor.

Cómo afecta a las mujeres mayores

  • Las mujeres con la edad pierden parte de su flora vaginal que actúa como un mecanismo de defensa frente a los microorganismos patógenos causantes de las infecciones vaginales. Además, la uretra es más corta que la de los hombres y está muy cerca de la vagina y del ano.
  • Como las infecciones de orina más frecuentes se originan de fuera hacia dentro, una mala higiene o limpiarse en sentido contrario al correcto (de atrás hacia delante) puede facilitar la entrada de microorganismos.
  • Tras la menopausia, las mujeres carecen de estrógenos, una defensa que las ayudaba a combatir el crecimiento de las bacterias en la uretra.
  • Tras la pérdida del periodo, el revestimiento de los tejidos que rodean el área genital se vuelve más frágil. Esto se asocia con un mayor riesgo de sufrir infecciones de orina.
  • A veces los músculos y los ligamentos del suelo pélvico se estiran y se debilitan, y dejan de sujetar adecuadamente al útero o a la vagina, lo que también aumenta el riesgo de infección.

En hombres mayores

-Un agrandamiento de la próstata puede impedir que la vejiga se vacíe completamente. Cuando en la vejiga quedan acumulados restos de orina, es más probable que allí las bacterias se multipliquen y terminen provocando infecciones.

Existen otras circunstancias que pueden aumentar el riesgo de sufrir estas infecciones tanto en hombres como en mujeres.

  • Tener problemas en la vejiga o en el riñón pueden producir este tipo de infecciones. Por ejemplo, sufrir cálculos renales u otras afecciones, lo que puede provocar que la orina se acumule.
  • Tener un catéter (un tubo delgado y flexible) para expulsar la orina.
  • Tener un problema de salud subyacente, como contar con un sistema inmunológico deficiente, por estar, por ejemplo, recibiendo quimioterapia. O sufrir diabetes.
  • Estreñimiento. Si el intestino inferior está lleno o hinchado puede presionar la vejiga e impedir que se ésta se vacíe correctamente, lo que aumenta el riesgo de sufrir una infección de orina.

¿Cuáles son los signos y síntomas de una infección de orina?

-Si la persona sufre una infección en la vejiga, denominada cistitis, suele experimentar dolor o ardor al orinar y suele hacerlo con más frecuencia. A veces también sufre dolor en la parte inferior del abdomen (justo por encima del hueso púbico). La orina adquiere un tono turbio, oscuro o sanguinolento y tiene un olor desagradable. El paciente también puede tener fiebre alta, escalofríos o, incluso, puede vomitar.

-Si la infección ha llegado a los riñones, la persona suele tener malestar general. También puede sufrir dolor de espalda, que suele localizarse en el costado, donde se encuentra situado cada riñón. La persona suele tener fiebre alta y, a veces, vómitos.

-En los adultos mayores, la infección de orina se suele manifestar, además de con los signos y síntomas típicos mencionados anteriormente, con otros, como confusión, delirio, agitación, alucinaciones, otros cambios de comportamiento inusuales, malestar general, mareo, pérdida de coordinación y habilidades motoras y caídas.

La confusión se origina por una combinación de factores, como tener fiebre y falta de líquido en el cuerpo (deshidratación). La causa que más frecuentemente provoca delirio también es la deshidratación. Estos síntomas deberían desaparecer en cuanto la infección haya sido controlada.

¿Por qué en los adultos mayores los síntomas son diferentes?

Aunque todavía no se sabe con certeza la razón, se cree que se debe a que los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro son más débiles y, por lo tanto, permiten que la infección pase al sistema nervioso.

¿Por qué puede aumentar el nivel de glucosa tanto en las personas diabéticas como en las no diabéticas cuando sufren una infección?

Cuando se tiene una infección, el cuerpo está bajo un estrés físico y mental. Para combatirla, libera hormonas para el estrés, como el cortisol, que ayudan a luchar contra la infección, pero, que, al mismo tiempo, causan un aumento de la glucosa en sangre.

Posibles complicaciones

Si una infección de orina no se trata convenientemente, puede provocar una infección renal aguda o crónica, que podría dañar permanentemente estos órganos vitales e, incluso, provocar una insuficiencia renal.

También podría causar una sepsis, que es cuando la infección se propaga al torrente sanguíneo y puede poner en peligro la vida de esa persona.

En los adultos mayores puede provocar una confusión extrema.

Tratamiento de las infecciones urinarias en adultos mayores

En el caso de que sospeche que su ser querido podría tener una infección de orina, pida cuanto antes una cita con su médico de atención primaria. Si tuviera que esperar mucho para obtenerla, acuda a Urgencias con su familiar.

Por lo general, se requiere una análisis de orina y un cultivo de orina (un examen realizado en un laboratorio) para diagnosticar una infección del tracto urinario e identificar qué tipo de bacterias pueden estar causando esta infección. De está forma, el médico podrá seleccionar el antibiótico más apropiado. Si la infección se detecta pronto, el tratamiento la eliminará rápidamente.

A veces, una prueba con tira reactiva (tiras de papel con un reactivo químico) es suficiente.

En cuanto a qué tipo de antibióticos se deben en utilizar, la geriatra Amanda Lathia y el urólogo Howard Goldman, de la Clínica Cleveland, afirman que para tratar este tipo de infecciones se deben usar antibióticos de espectro reducido.

Aseguran que es menos probable que estos medicamentos produzcan resistencias y que aparezcan efectos secundarios problemáticos que si se utiliza antibióticos de amplio espectro.

Si la infección de orina ha sido provocada por un hongo, entonces se le prescribirá un medicamento antimicótico.

Es muy importante que la persona que tome un antibiótico o un medicamento antimicótico acabe el tratamiento según lo haya prescrito el médico, incluso aunque se sienta mejor. De lo contrario, pueden generarse resistencias al medicamento.

Para tratar el dolor, el malestar o la fiebre es posible que el médico prescriba algún analgésico.

Algunos adultos mayores también son propensos a tener bacterias en la orina, que no les provocan ningún síntoma, una afección que se denomina bacteriuria asintomática. Se estima que la tienen un 15% o más de mujeres y hombres entre 65 y 80 años. Después de los 80 años, continúa aumentando y puede llegar a afectar al 40 o 50% de los pacientes que reciben cuidados a largo plazo.

Los estudios han demostrado que la mayoría de los pacientes con este tipo de afección no desarrollan infecciones urinarias sintomáticas, por lo que no es recomendable utilizar ningún tratamiento con antibióticos.

En el caso de que esta infección haya provocado en su familiar delirio o una confusión grave, es posible que el especialista le prescriba un medicamento antipsicótico hasta que la infección desaparezca. El objetivo es reducir la angustia y la agitación que puede estar sufriendo.

Pruebas diagnósticas complementarias:

Si la infección de orina persistiera, a pesar de haber recibido tratamiento antibiótico, el médico puede solicitar la realización de otras pruebas diagnósticas con el fin de determinar si existe o no una afección subyacente.

  • Si el paciente tiene síntomas que sugieren que el riñón está afectado y no solo la vejiga.
  • Si la persona experimenta infecciones de orina recurrentes. Por ejemplo, dos o más episodios en un periodo de tres meses.
  • Si ha tenido problemas de riñón en el pasado, como cálculos renales.
  • Si los síntomas sugieren una obstrucción del flujo de orina.

En estos casos, es probable que el médico solicite:

  • Un análisis de sangre general o, en el caso de los hombres, uno más específico, que incluye la detección del antígeno prostático (PSA), una proteína que produce la próstata.
  • Una ecografía para explorar los riñones y/o la vejiga.
  • Pruebas urodinámicas para evaluar el funcionamiento y la eficiencia de la vejiga.
  • Una cistoscopia para observar el interior de la vejiga.

Factores de riesgo que favorecen este tipo de infecciones en las personas mayores

  • Tener problemas renales o un sistema inmunológico debilitado aumentan el riesgo de sufrir una infección de orina.
  • Tener diabetes, ya que los niveles altos de azúcar en sangre y orina favorecen la aparición de microorganismos.
  • Algunas enfermedades, que hacen que se retenga más orina, como el alzhéimer, la enfermedad de Parkinson, sufrir diabetes, la esclerosis múltiple y la hipertrofia de próstata (agrandamiento de la próstata).
  • El prolapso en la vejiga: cuando la pared de la vejiga sobresale dentro del espacio vaginal debido a un debilitamiento de los músculos y tejidos que sostienen la vejiga.
  • Sufrir incontinencia, tanto de la vejiga como del intestino.
  • Tener colocado un catéter urinario.
  • Haber tenido de forma recurrente varias infecciones urinarias.
  • En las mujeres posmenopáusicas, tener niveles más bajos de estrógenos.
  • Haber sufrido una cirugía en cualquier área alrededor de la vejiga.
  • Cálculos renales.

¿Qué se puede hacer para prevenir las infecciones de orina?

  • La mejor forma de prevenir una infección de orina es vigilando si nuestro ser querido bebe suficiente líquido para obligarle a vaciar la vejiga. Lo recomendable es beber entre seis y ocho vasos de agua al día. Si tiene problemas para tragar, los espesantes son una buena solución.
  • Es importante mantener un ritmo intestinal regular, dado que el estreñimiento es un factor de riesgo. La masa fecal alojada en el intestino comprime la vejiga e impide que al orinar se vacíe completamente, quedando un residuo que facilita el crecimiento de bacterias. Este problema se acentúa en las personas mayores porque con la edad los músculos de la vejiga se debilitan, lo que les impide vaciarla correctamente.
  • El tratamiento farmacológico. Muchos de los medicamentos que se prescriben a las personas con demencia tienen un efecto anticolinérgico, como algunos analgésicos, antidepresivos, antihipertensivos, benzodiacepinas, diuréticos y antipsicóticos.

Los anticolinérgicos bloquean la acción de la acetilcolina, el principal neurotransmisor del sistema nervioso parasimpático (también llamado sistema colinérgico) que regula diversas funciones, como la digestión, la defecación, el lagrimeo, la salivación y la micción.

Si el paciente está tomando este tipo de medicamentos, y está experimentando dificultad para iniciar o mantener el flujo urinario debido a una infección, podría aumentar la retención urinaria. Además, un menor nivel de acetilcolina perjudicará el aprendizaje y la memoria, lo que influirá negativamente en las capacidades cognitivas de nuestro familiar.

  • Limpiarse correctamente, de adelante hacía atrás, cuando se va al baño. Es muy importante que la higiene genital se realice de forma adecuada porque la contaminación fecal es la causa más frecuente de infección del tracto urinario.
  • Si nuestro ser querido sufre incontinencia, hay que cambiar el pañal siempre que sea necesario, dado que el área genital debe mantenerse limpia y seca.
  • Es recomendable no utilizar productos de higiene femenina y duchas vaginales, si no hay una indicación médica.
  • Acudir al baño tan pronto como se sienta necesidad.
  • Aumentar el consumo de cítricos (naranja, limón, pomelo, mandarina) para favorecer la acidificación de la orina y crear, de esta forma, un medio hostil para el crecimiento de patógenos.

Qué ha pasado con la madre de Ana

Como su madre ha sufrido varias infecciones seguidas, su médico, probablemente, le realizará un cultivo de orina (urocultivo) para averiguar si el germen causante ha desaparecido (urocultivo negativo) o si todavía persiste, en cuyo caso lo podrá identificar y tratar con un antibiótico específico.

Una vez finalizado el tratamiento, puede que el médico le indique que se haga otro análisis de orina para verificar que la infección se ha resulto, pero esta última prueba no siempre es necesaria.

Al cabo de unos días, la madre de Ana ha vuelto a ser la que era. La glucosa está en sus niveles normales, ha recuperado el apetito y ya está deseando que su hija la saque a pasear.

Fuentes:

-Guía de buena práctica clínica en Geriatría. Infecciones Urinarias

-Urine infection in older people. Patient.info

-Urinary tract infections and dementia. Alzheimer´s Society. UK

-6 Things you Should Know about UTIs in older adults. Cleveland Clinic

-UTIs in the Elderly: Signs, Symptons and Treatments. AgingCare

-D-Mannose. WebMd.com

Fecha de publicación: 13 enero 2022

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2 Comentarios

    • Querida Mamen: Te agradecemos mucho tu pregunta porque es muy interesante. Nuestra experta nos ha comentado que los arándanos, por sí mismos, no previenen la infección de orina, pero sí se recomienda su consumo, al igual que el de los cítricos, porque ayudan a mantener el pH ácido de la orina. El pH es una medida que nos indica el grado de acidez. Y la acidez de la orina sí que es un factor de protección para la infección porque si se mantiene la orina ácida se dificulta el crecimiento de microorganismos patógenos (bacterias, virus, hongos). Un cordial saludo.

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