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¿Cómo debo elegir una buena residencia?

Todas las preguntas que te ayudarán a no equivocarte

Marta recuerda cuándo inició su particular viaje a través de la demencia: el día que su madre sufrió un infarto cerebral. A partir de ese momento, su demencia vascular avanzó rápidamente. Hasta ese momento, ella apenas sabía en qué consistía esa enfermedad. Su madre ya mostraba síntomas, pero desconocía que respondían a ese trastorno. Los asociaba con que era mayor. Su madre tenía esa edad, en la que la gente, cuando te mira, espera que justifiques por qué sigues viviendo. Tras un largo periodo en el hospital, donde tuvo otro evento cerebrovascular y varias complicaciones, su madre dejó de andar.

En esta última etapa, ella disfrutaba viendo el mundo desde su “particular cochecito”, pero Marta supo que ya nunca podrían volver a su casa.  Un segundo piso sin ascensor condenaba a su madre a salir muy poco. Y eso la habría matado, porque, entre los pocos alicientes que todavía le quedaban, se encontraban comer y salir a la calle. Marta y sus hermanas comenzaron entonces a buscar una residencia. Cuando tomaron esa decisión, sintieron que la estaban traicionando, justo ahora que tanto las necesitaba.

Visitaron todos los centros residenciales de su localidad. De su propia experiencia aprendieron mucho, pero fue una lástima que no hubieran conocido antes las recomendaciones que proporciona la Asociación de Alzhéimer de Australia, porque les hubiera facilitado mucho la elección.

Pasos para elegir una buena residencia

  1. Preguntar a gente de confianza

    Cuando se busca un centro residencial, lo primero que hay que hacer es preguntar a las personas en las que confías: tus familiares, amigos o vecinos, por si ellos han tenido una experiencia personal con estos centros.
    Pregunta a tu médico, por si él conoce alguna residencia.
    En el caso de que su familiar esté ingresado en un hospital, pide información al trabajador social por si conoce algún centro residencial que te pueda recomendar. El personal del hospital, además, podrá ayudarte a trasladar a tu ser querido al centro residencial. 

  2. Visita los centros

    Visita los distintos centros residenciales. ¿En qué te tienes que fijar durante la visita?

  • Calidad de vida
    – ¿El personal trata con respeto a los residentes?
    -¿Cómo anima el personal a los residentes a participar en las actividades que organiza el centro? ¿El residente puede decidir cuándo quiere participar?
    – ¿El residente puede decidir a qué hora puede levantarse, irse a dormir o bañarse?
    – ¿El residente puede recibir visitas a cualquier hora? ¿El centro residencial deja pasar a sus familiares a cualquier hora?
    -El residente ¿puede decorar su habitación con sus propios objetos?
    -El residente dispone de suficiente privacidad para estar con sus visitas.
    -El centro residencial organiza actividades para los residentes.
  • Calidad del cuidado que ofrece a los residentes
    – ¿Se tienen en cuenta los gustos del residente en el plan de cuidados que recibe?
    – En el caso de que el residente tenga una necesidad ¿se puede cambiar la rutina y cubrirla?
    – ¿Se puede tener una copia del plan de cuidados que recibe nuestro familiar?
    – ¿La residencia cuenta con un médico?¿Qué disponibilidad tiene?
    – ¿Cuenta con enfermeras?¿Qué disponibilidad tienen?¿Hay alguna de guardia por la noche?
    – ¿Cuenta con un servicio de fisioterapia?
    – ¿Cuenta con un programa de estimulación cognitiva?
    – ¿Tienen un programa especial para personas con demencia?
    – Cómo maneja el personal los trastornos de comportamiento: deambulación, agitación, agresividad, falta de motivación.
    – ¿Infórmate bien sobre qué política tienen respecto al uso de sujeciones tanto físicas como químicas?
  • Localización
    – ¿Está la residencia cerca de donde vive el cuidador principal?
    – ¿Cuenta con un jardín o un espacio abierto donde el residente pueda estar?
  • Personal
    – ¿Cuentan con suficiente personal para proporcionar los cuidados que necesita mi familiar?
    – ¿Las personas que se ocupan de cuidar a mi familiar son siempre las mismas?
    – ¿Cuentan con un trabajador social?¿Me puedo reunir con él?
  • Religión
    – ¿Ofrece servicios religiosos?
  • Comida
    – ¿La comida que ofrece es de calidad, variada y está buena?
    – En el caso de que su familiar no pueda comer por sí mismo ¿el personal se ocupa de darle de comer?
    – ¿El personal está entrenado para alimentar a personas con demencia?
    – ¿Se puede conocer con antelación el menú de cada día?
    – En el caso de que a mi familiar no le guste la comida ¿pueden servirle otra plato distinto?
    – ¿Pueden los residentes obtener comida y bebida en cualquier momento?
    – Si mi familiar tiene que seguir una dieta concreta ¿la residencia lo facilita?
  • Programa de prevención
    – ¿Cuentan con un programa para prevenir enfermedades y mantener a los residentes con buena salud?
    – ¿Cuentan con un servicio de podología?
    – ¿Se ocupan de vacunarles contra la gripe y la neumonía?
  • Cargos
    – ¿El centro residencial facilita por escrito y con detalle el precio de todos los servicios incluidos en la tarifa mensual?
    – ¿Cuenta con servicios extra, como la peluquería? ¿Están claros los precios de los servicios extra?
  • Seguridad
    – ¿La residencia cuenta con suficientes medidas de seguridad?
    – ¿La pertenencias de mi familiar están seguras en su habitación?
  • Residentes, familias y satisfacción
    ¿Se puede hablar con el personal, con los residentes y con las familias de los residentes? ¿Puedes preguntarles si se encuentran satisfechos con la residencia? ¿Se les ve cómodos?Marta y sus hermanas, aunque no tuvieron esta información, terminaron eligiendo bien. Los primeros días fueron muy difíciles. El sentimiento de culpabilidad no les abandonaba. A su madre también le llevó un tiempo acostumbrase a su nuevo hogar.Pero la residencia permitió que su madre pudiera salir a la calle todos los días: por la mañana y por la tarde. La actividad que más le gustaba. Y cuando sufría una crisis, contaba con el cuidado de un médico y varias enfermeras, de día y de noche. Sintieron todo el apoyo del personal que la cuidaba.Pudieron entrar y salir de la residencia cuando querían. Ellas se quedaron muchas noches con su madre, acariciándola, dándole todo su cariño. Al final, su habitación se convirtió en su hogar. Ese es el poder que tienen las madres, que inundan de calor todos los lugares en los que permanecen. Un calor que se añora siempre.

Fecha de publicación: 11 abril 2017

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