Te enseñamos
Cómo cuidar en el domicilio a un matrimonio dependiente
Para hacerlo adecuadamente, es necesario contar con un equipo coordinado de profesionales que cubran sus diversas necesidades
Hay mayores que desean ser cuidados en su domicilio. Pero para que estas personas reciban la mejor atención, especialmente, cuando son muy dependientes, es preciso contar y coordinar a un equipo de profesionales que cubran sus diversas necesidades. Ruth Lucena Chimbi, asesora de Salud de bluaU Senior, nos explica cómo lo consigue con Teresa y Alfonso, un matrimonio de 88 y 90 años, respectivamente, que, a pesar de su deterioro cognitivo y otras enfermedades crónicas, desean permanecer en su casa.
Cuando esa mañana María, la auxiliar del servicio a domicilio de bluaU Senior, acudió al domicilio de Teresa y Alfonso no podía sospechar que ese día se convertiría en una jornada larga, pero que muy larga.
Al llegar, la cuidadora la esperaba en la puerta. El detalle la sorprendió, pero no le hizo sospechar.
– “Ya estás aquí”, le dijo la cuidadora con alivio.
– “Hola Raquel. ¿Ha pasado algo?”
– “Pues sí, algo ha pasado, pero no sé muy bien el alcance. Esta noche, Teresa se ha caído de la cama”.
– “Pero cómo ha podido suceder si pones las barras para que no se caiga”.
– “Qué quieres que te diga. Ni yo misma me lo explico. El caso es que se ha caído y, tras escuchar el golpe, fui a la habitación y me la encontré en el suelo. La levanté como pude y la volví a meter en la cama”.
– “Ya veo. Y ahora qué tal está”.
– “Pues es que no he atrevido a levantarla. He estado aseando a Alfonso, le he vestido y le he dejado en la cocina desayunando”.
– “Vale. Pues vamos a verla.”
María la examinó con mucho cuidado, cuando le levantó el camisón pudo ver que tenía enrojecida toda la zona del hombro y, en la zona de las costillas, tenía un hematoma.
– “Tengo que llamar a Ruth”, dijo.
Se refería a Ruth Lucena Chimbi, la asesora de Salud que se encarga de coordinar todos los servicios de bluaU Senior que recibe esta familia. Tras escucharla atentamente, le indicó que no la moviera y que llamara a Urgencias.
Después, Ruth llamo a la hija de Teresa, Natalia, quien reside en la sierra y además, en esos momentos, estaba lesionada. La tranquilizó. Le dijo que ya habían avisado a una ambulancia para que trasladara a su madre a un hospital. La cuidadora se quedaría con su padre, que debido a su deterioro cognitivo no podía permanecer solo.
María no podía acompañar en la ambulancia a Teresa porque tenía que acudir a otro domicilio, pero, en cuanto acabara, se dirigiría al hospital para estar con su madre. Natalia se sosegó. Ella se encargaría de avisar a su hermano, que estaba trabajando, para que acudiera también al hospital en cuanto pudiera.
– “No te preocupes, Natalia. Tu madre va a estar en buenas manos. Nosotros, te vamos a llamar para que en todo momento estés al tanto de lo que está pasando”, añadió.
– “Cómo te lo agradezco, Ruth. No sabes lo que esto significa para mí”, dijo.
Se inició entonces un proceso ágil: en 20 minutos llegó la ambulancia. María informó al personal que vino de que Teresa viajaría sola, pero que, en cuanto pudieran, tanto ella como un familiar estarían en el hospital.
Antes de que hubieran pasado dos horas desde que Teresa ingresó, María ya estaba en el hospital acompañándola. Allí permaneció, junto con su hijo, hasta que le dieron el alta. Luego la acompañó hasta su domicilio y la dejó en manos de la cuidadora.
Ruth cree que esta flexibilidad es lo que Natalia valora más de este servicio. El hecho de que son capaces de darle soluciones, de adaptarse a los problemas que surgen en el día a día. “A Natalia le da mucha tranquilidad saber que, si surge algún problema, vamos a buscar un modo para que sus padres estén bien atendidos. Además, llevamos muchos años con ellos, conocen a las auxiliares y entre ellos se ha creado un vínculo de cariño”, asegura.
¿Cómo comenzaron los cuidados en el domicilio de Teresa y Alfonso?
Cuando los padres de Natalia fueron haciéndose mayores, ella quería que envejecieran en su domicilio. Nunca se planteó otra opción.
Para ello, en un primer momento, el matrimonio contaba con una cuidadora y con una auxiliar para duchar a Teresa y para acompañar a la pareja durante su paseo diario.
En esa época, septiembre de 2018, ella se encontraba bien cognitivamente y podría encargarse de organizar su casa: decidía qué se hacía de comida, compraba en el supermercado, manejaba el dinero…
Esos días, Ruth los recuerda bien porque era ella quien acudía al domicilio para ayudarles. Se ocupaba también de atender a Alfonso, que ya presentaba deterioro cognitivo. Le ayudaba a lavarse y a vestirse.
Con el tiempo observó que las conversaciones de Teresa comenzaron a volverse extrañas. Ruth notó que cuando hablaba de su nieta la confundía con su hija. Sus relatos comenzaron a ser incoherentes.
Su estado empeoró en el verano del 2019, cuando sufrió una caída al bajar una escalera en su casa de la sierra.
Después de ese incidente, necesitó más cuidados.
Alfonso, por su parte, no tenía problemas de movilidad, al contrario que su mujer. Además, es tranquilo, duerme con facilidad y ayuda en todo lo que se le pide. “Me encargaba de ducharle y de vestirle, y él siempre colaboraba”, recuerda Ruth.
Ahora, tras el deterioro que el matrimonio ha ido experimentando, los cuidados también se han tenido que ir adaptando a la nueva situación. Para ello, cuentan con dos cuidadoras, una de día y otra de noche. Y con el apoyo de bluaU Senior, que les proporciona una auxiliar, que acude todos los días, una hora, incluidos los fines de semana, y un fisioterapeuta, dos días en semana. Entre todos han formado un equipo bien engrasado capaz de manejar y prevenir situaciones de peligro.
¿Cómo cuidar en el domicilio las infecciones de orina?
Ruth recuerda que Teresa sufría continuas infecciones de orina. Tanta frecuencia le hizo sospechar. Así que comenzó un periodo de observación. “Entonces, Teresa avisaba a la cuidadora cuando quería hacer pis. Como solía hacerlo en el inodoro, la cuidadora no consideraba necesario cambiarle el pañal. Lo que ocurre es que al llevar todo el día el mismo pañal era más fácil que cogiera infecciones porque se suele escapar algo de pis. Hablamos con su hija y le indicamos que era necesario establecer unas horas para que la cuidadora la cambiara y le hicieran, además, un aseo genital en el bidé”.
También indicaron a su hija cómo recoger las muestras de orina para que ese momento fuera menos estresante para su madre. Como Teresa rechazaba la sonda, el equipo de bluaU Senior sugirió utilizar recolectores de orina para recoger las muestras y que, posteriormente, se pudieran hacer los cultivos.
Además, formaron a las cuidadoras para que aprendieran a identificar esas infecciones a través de los cambios de comportamiento que experimentaba Teresa. “Las infecciones de orina les suelen desorientar y dejar muy flojitos. Cuando ella no quiere hacer nada y todo le molesta, muchas veces es debido a que tiene una infección. En esos momentos, no quiere que la toques ni que la ayudes a levantarse, no quiere colaborar. Lo mejor es comprobar que se encuentra bien mediante una analítica”, explica
¿Cómo mantener la movilidad en el domicilio?
A raíz de la caída que sufrió, Teresa necesita sesiones de fisioterapia para mantener su movilidad. En casa se desplaza con andador y en la calle, en silla de ruedas.
El fisioterapeuta se encarga, dos veces por semana, de que realice movilizaciones pasivas con los brazos y las piernas. Le practica estiramientos, trabaja las rodillas, le levanta los brazos, le hace mover los codos. Siempre adaptándose al estado de Teresa.
Además, practica con ella movimientos que aumenten su resistencia para que recupere fuerza en las piernas, como levantarse o sentarse o ejercicios con la banda elástica. Y le suele dar un masaje linfático para reducir el edema de las piernas. La sesión suele finalizar dando un paseo por el pasillo.
Ahora, Teresa tiene 88 años y Alfonso, 90. Su deterioro ha ido aumentando. Ya entre ellos apenas hablan, solo alguna breve pregunta y una respuesta aún más breve.
– “Alfonso, qué tal estás”, le pregunta Teresa.
– “Bien, bien”, responde él.
Sin embargo, a pesar de esas escasas palabras, existe entre ellos una forma de comunicarse más profunda. Saben que el otro está ahí, y eso les hace sentir profundamente acompañados.
Observan la tele, cada uno sentado en su sillón. Pero si Teresa no está, Alfonso no hará más que preguntar por ella. ¿Dónde está Teresa? ¿Dónde está la mamá?
Y en cuanto ella aparece, Alfonso se calma. El salón es el mismo, pero en el ambiente se respira esa paz que hace que el lugar resulte acogedor, íntimo.
Quizá es la huella que deja el amor cuando pasa el tiempo y desaparece todo accesorio. Cuando solo quedan dos personas a las que les gusta envejecer juntas.
Fecha de publicación: 9 marzo 2023
CONDICIONES DE USO DEL SERVICIO
La información facilitada por este medio no puede, en modo alguno, sustituir a un servicio de atención médica directa, así como tampoco debe utilizarse con el fin de establecer un diagnóstico, o elegir un tratamiento en casos particulares. En este servicio no se hará ninguna recomendación, explícita o implícita, sobre fármacos, técnicas, productos, etc. que se citarán únicamente con finalidad informativa. La utilización de este servicio se lleva a cabo bajo la exclusiva responsabilidad de los usuarios.

¿TE AYUDAMOS?
Estamos a tu lado para ayudarte a buscar soluciones que se adapten a ti y a tu familiar.
Residencias mayores
Estancias temporales y permanentes con equipo médico propio para que tu familiar esté siempre bien cuidado.
Centros de día
Con servicios de estimulación cognitiva y física y un programa amplio de actividades adaptadas a personas mayores.
Servicios a domicilio
Amplia oferta de servicios de especialistas a domicilio para que tu familiar esté en las mejores manos: cuidadores, fisioterapeutas, enfermería…
Artículos relacionados
Leve
Buenas prácticas
Úlceras por presión: cómo evitar una amputación
Leve
Buenas prácticas
Ictus: residencia y cuidados a domicilio
Severa
Buenas prácticas