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¿Qué es la apnea obstructiva del sueño?

Se trata de un trastorno crónico, que impide que la persona duerma bien, y que si no se trata puede provocar disfunciones cognitivas

La última vez que Sofía compartió habitación con su hermana Paula terminó en un conflicto. Paula se quejaba de que Sofía no le había dejado pegar ojo. Sus ronquidos, según ella, se podían oír en toda la planta del hotel.

Sofía, una mujer de 55 años, 1,68 m de estatura y 60 kilos de peso, no era consciente de que fueran tan molestos. Toda la vida había tenido problemas para respirar, pero de ahí a no poder compartir habitación… Pero lo cierto es que Sofía, a pesar de dormir una media diaria de siete u ocho horas, se levantaba cansada, con dolor de cabeza, y sus despistes habían ido en aumento. Le costaba concentrarse y, muchas veces, no recordaba lo que tenía que hacer. Su hermana Paula le animó a ir al médico.

Tras pasar una noche en la Unidad del Sueño, en la que analizaron cómo dormía, el médico le diagnosticó síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS).

Sofía, tras escucharlo, no supo qué decir. Era la primera vez que oía hablar de esa enfermedad, y lo más sorprendente es que ella la tenía.

Qué es la apnea obstructiva del sueño (SAOS)

Se trata de un trastorno crónico que afecta a alrededor del 2-4% de la población adulta. Sobre todo, la sufren los hombres de mediana edad. Las personas que la tienen no duermen bien porque, durante el sueño, su respiración se detiene unos instantes, de 10 a 20 segundos, y comienza después de ese tiempo. Esta situación disminuye el nivel de oxígeno en sangre y provoca una acumulación de dióxido de carbono.

El comportamiento desencadena una asfixia progresiva que hace que la persona tenga que hacer un mayor esfuerzo por respirar. El cerebro percibe esta respiración alterada y provoca que la persona se despierte para que pueda reabrir las vías respiratorias. El tiempo en que el individuo está despierto es tan breve que muchas veces lo olvida.

Se trata de un trastorno crónico que se calcula que afecta alrededor del 2%  y el 4% de la población adulta. Sobre todo, la sufren los hombres de mediana edad.

Este patrón puede repetirse de cinco a 30 veces o más cada hora, durante toda la noche. Las interrupciones impiden que la persona alcance la fases de sueño profundo y reparador, lo que provoca que la persona esté somnolienta durante el día, no pueda concentrarse y no desempeñe bien su trabajo. El 80% de los pacientes sufren este tipo de somnolencia.

A medida de que el trastorno progresa, los pacientes pueden llegar a sufrir una disfunción cognitiva. Es decir, experimentarán problemas para concentrarse, tendrán lapsus de memoria y se manifestarán irritables y deprimidos.

Si este síndrome no se trata, será un factor determinante para que la persona desarrolle trastornos cardiovasculares, como una hipertensión resistente a los medicamentos. Se calcula que la tendrán más de la mitad de los pacientes. Además, podrían sufrir una cardiopatía isquémica (el corazón pierde capacidad para bombear sangre), arritmias cardiacas y un ictus (accidente cerebrovascular).

Para evitar la demencia, es especialmente importante prevenir el riesgo vascular, dado que, según el Journal of the American Heart Association, existe una conexión entre ambas enfermedades.

De hecho, en un artículo publicado en esta revista se señala que se ha observado que la hipertensión y la diabetes aumentan el riesgo de deterioro cognitivo en mujeres sin enfermedades cardiovasculares.

Síntomas que acompañan la apnea obstructiva de sueño: 

Los principales signos y síntomas son:

  • Sueño excesivo durante el día.
  • Fuertes ronquidos. Es preciso consultar al médico si los ronquidos están marcados por períodos de silencio.
  • Durante el sueño, la persona tiene momentos en que parece que deja de respirar.
  • Se despierta de forma abrupta y respira como si le faltara el aire. Tiene una sensación como de asfixia.
  • Se despierta con la boca seca o con dolor de garganta.
  • Por mañanas tiene dolor de cabeza.
  • Experimenta dificultad para concentrarse durante el día.
  • Tiene cambios de humor; a veces, se muestra deprimido o irritable.
  • Alta presión sanguínea.
  • Sudores nocturnos.
  • Disminución de la libido

Las principales causas son: 

La apnea obstructiva del sueño se produce cuando los músculos de la parte posterior de la garganta se relajan demasiado, y no permiten una respiración normal. Estos músculos soportan estructuras que incluyen el paladar blando (que se encuentra a continuación del paladar duro) la úvula o campanilla, una pieza triangular de tejido que cuelga del borde inferior del paladar blando, las amígdalas y la lengua.

Si los músculos de esta zona se relajan, la vía respiratoria se estrecha o se cierra, a media que se respira. Esto puede provocar que la persona se despierte porque experimenta una falta transitoria de aire, que se corrige rápidamente con una o dos respiraciones profundas. Estas interrupciones impiden que la persona alcance las fases de sueño profundo y reparador, lo que hará que sienta sueño durante el día.

Sin embargo, muchas personas que sufren este trastorno no son conscientes de que el sueño se interrumpa y tienen la sensación de que duermen bien toda la noche.

Principales factores de riesgo:

Aunque cualquier persona puede desarrollar apnea obstructiva del sueño, hay ciertos factores que aumentan el riesgo de sufrirlo.

  • Sobrepeso. Casi la mitad de las personas con sobrepeso sufren apnea obstructiva del sueño. Los depósitos de grasa alrededor de las vías respiratorias superiores pueden dificultar la respiración. Sin embargo, hay personas delgadas que, también, sufren este trastorno.
  • Tener una vías aéreas estrechas. Hay personas que han heredado unas vías estrechas que dificultan su respiración o sus amígdalas han podido agrandarse lo que puede bloquear las vías respiratorias.
  • Presión arterial alta (hipertensión). Este trastorno es relativamente común en las personas con hipertensión.
  • Congestión nasal crónica. La apnea obstructiva del sueño se produce con el doble de frecuencia en aquellas personas que no respiran bien por la nariz durante la noche, independientemente de la causa que lo produzca.
  • Fumar. Las personas con este hábito tienen más probabilidades de sufrir este trastorno.
  • Diabetes. La apnea obstructiva del sueño es más habitual en este tipo de pacientes.
  • Sexo. Los hombres tienen el doble de probabilidades de desarrollarla.
  • Antecedentes familiares. Si la persona cuenta con familiares que sufren este trastorno, tiene más posibilidades de desarrollarlo.
  • Asma. Recientes investigaciones han encontrado una asociación entre el asma y el riesgo de sufrir este trastorno.

 

Fecha de publicación: 30 abril 2018

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