Cuídate

Severa

La música reduce el estrés de los cuidadores

Calmar la agitación del paciente con demencia mejora la relación con su cuidador

    María recuerda ese día en que comenzó a cantar a su madre mientras le daba de comer. Ella la miraba con atención. No sonrió. Cómo le hubiera gustado que lo hiciera. Pero María supo que la agradaba. Fue uno de esos momentos mágicos que arrebataron a la enfermedad.

    Después de aquel día, cantó a su madre muchas más veces. Sus hermanas pensaban que era porque la calmaba pero lo que Sandra buscaba era sentirla cerca, retenerla aunque solo fuera un minuto. Eso la llenaba tanto. Las canciones eran un bálsamo para las dos.

    Existen muchos estudios que muestran el valor terapéutico de la música cuando se utiliza con los pacientes con demencia, pero no son los únicos que se benefician de sus efectos. Un estudio suizo cualitativo, conducido por Gotell, en 2003, analizó los efectos de la música en los pacientes con demencia y en los cuidadores. Se seleccionaron nueve pacientes que estaban en su última fase. Cada uno fue grabado tres veces en vídeo: mientras recibía su sesión habitual de cuidados; durante una sesión con música de fondo y mientras el cuidador cantaba al paciente. Los datos mostraron que la música de fondo reducía la agresividad y la agitación, incluyendo ansiedad e irritabilidad, y además activaba sus sentidos: sonreían y se producía un mayor contacto visual con los cuidadores. Pero cuando los cuidadores les cantaban, la comunicación aumentaba y se reforzaba su labor.

    En Corea del Sur, el investigador Choi, en 2009, no solo investigó los efectos de la terapia musical en el comportamiento de los pacientes con demencia, también analizó cómo influía en los cuidadores. Se crearon dos grupos: uno con 20 pacientes y otro con 20 cuidadores. El estudio evaluó el impacto de 50 minutos de música programada tres veces a la semana durante cinco semanas. Los resultados mostraron que en los pacientes se redujeron los niveles de agitación, incluyendo las alucinaciones, la agresión y la irritabilidad. Pero también se redujo el estrés, la ansiedad y la irritabilidad de los cuidadores. El estudio mostró que el descenso de los niveles de agitación de los pacientes se relacionaba con la disminución en los niveles de agitación en los cuidadores. Lo que significa que el tipo y la calidad de la interacción entre pacientes y cuidadores es un factor importante.

    En el 2007, Garland condujo, en Australia, otro trabajo con 30 personas mayores con una demencia de moderada a severa procedentes de siete centros residenciales. Los investigadores partieron de la hipótesis de que contar con la presencia de un ser querido, mediante una grabación de su voz, siempre que esa persona estuviera asociada a una experiencia positiva, tendría más efecto que escuchar su música preferida, y que ambas medidas reducirían más la agitación de los pacientes.

    Los participantes escucharon su música favorita grabada durante 15 minutos; cintas grabadas con la voz de un familiar y la lectura de un libro de jardinería con el que no había una conexión emocional. Los investigadores se sorprendieron con los resultados, dado que las tres intervenciones redujeron, tanto la violencia física como verbal. Sin embargo, la medida que más  impacto tuvo a la hora de reducir la agitación verbal de los pacientes fueron las cintas con la voz grabada de sus seres queridos, mientras que escuchar su música favorita logró reducir más su agitación física.

    Los investigadores señalan el papel positivo que tendría que los seres queridos grabaran recuerdos emotivos de la vida del paciente.

    En otro estudio se analizó cómo influía la música en la relación que mantenía un cuidador con su pareja cuando ésta tenía demencia. En la investigación participaron 8 parejas. Después de una serie de cinco sesiones, los autores concluyeron que la terapia musical aumentaba la interacción entre el cuidador y la persona que estaba recibiendo los cuidados. Además, una vez que se había establecido la interacción entre ellos, se mantenía, incluso, cuando ya no había música.

    Fecha de publicación: 11 mayo 2017

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    2 Comentarios

    • He trabajado muchos años con personas mayores con este tipo de enfermedades y siempre les he cantado y a su vez ellos a mi, viendo que el resultado de esta interaccion era muy positiva recíprocamente. Ademas de la sonrisa y satisfacción de ver la alegría reflejadas en su rostro.

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